Los dirigentes de las ONG plantean una integración regional diferente al ALCA: «La CSN está amenazada por los TLC que han suscrito Chile, Colombia y Perú. Es fundamental revertir esos acuerdos».
El proyecto fue entregado la víspera al canciller interino, Alberto Van Klaveren, por Gonzalo Berrón (Alianza Social Continental, Brasil), Elízabeth Peredo (Comité Organizador, Cumbre CSN, Bolivia Beverly Kenne (Jubileo Sur, Argentina), y Sara Larraín (Chile Sustentable).
Larraín destacó que el ALCA y a los TLC «hasta ahora han priorizado criterios económicos, muy favorables a empresas transnacionales pero muy lejanos a los requerimientos de la sociedad civil».
Al interior de la CSN deben primar los acuerdos de comercio justo y cooperación, y no reproducir experiencias que sólo han reafirmado un enfoque neoliberal de la integración, afirman en un texto de 20 puntos.
La reunión ministerial, que termina mañana viernes, prepara la agenda para la Cumbre de la CSN, que tendrá lugar en los próximos días en Cochabamba, Bolivia.
Los dirigentes de las ONG demandan una integración energética sustentable «a partir del fortalecimiento de empresas estatales, la nacionalización de recursos estratégicos, políticas de redistribución del ingreso y utilizando los excedentes para nuevas matrices de energía renovable no convencionales».
Plantean asimismo que un bloque sudamericano puede ser un paso importante «si permite hablar a nuestros pueblos con voz propia, independientes de las imposiciones y condicionamientos de los Estados Unidos, Europa y los organismos multilaterales como el FMI, el BM, la OMC o el BID».
Los estados -puntualizan- deben comprometerse a garantizar efectivamente los derechos sociales, culturales, económicos de los pueblos, superando las discriminaciones de género, raza y generacionales y respetando la identidad y los derechos de los pueblos indígenas.
Respecto a la educación, las ONGs consideran imprescindible que se establezca el compromiso de erradicar el analfabetismo, así como de la miseria y el hambre.
Debemos encarar como países integrados una reforma agraria que garantice a todos el derecho de trabajar en la tierra y democratice su propiedad, priorizando las formas familiares, sociales y cooperativas.
Llamamos a la CSN a constituir un proceso hacia una Convención del Agua orientada a garantizar el agua como un derecho humano, a cuidar nuestras fuentes y recursos de agua y que éstas sean protegidas de la privatización y la mercantilización, plantean.
La integración financiera debe partir del reconocimiento de que somos los acreedores de una inmensa deuda histórica, social, cultural, ecológica y financiera, precisan.
Es obligación de los estados -dicen- poner fin a los mecanismos de endeudamiento y condicionamiento externo que han servido para imponernos el Consenso de Washington, violando sistemáticamente los derechos humanos y ambientales.
Llaman también a la reducción de las adquisiciones de armamento, a la despenalización de la hoja de coca en Sudamérica y a la creación de un fondo de compensación para países de menor desarrollo.
Santiago de Chile, 23 de noviembre 2006
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