“Una ciudad quiero tener para todos construida y que alimente a quien la quiera habitar”, esta letra es parte del tema “A mi Ciudad”, una de las canciones más emblemáticas de los años “80, que junto a “Homenaje” dedicada a Víctor Jara y “La Mitad lejana” un exiliado preguntándole a un familiar como anda la vida, las calles las deudas, forman parte de un repertorio indiscutible, en momentos en que cada palabra era importante, cuando estaba prohibido todo.
Corría 1981 y un grupo de amigos que venían del tiempo de la universidad graban con el sello Alerce su primer disco “A mi ciudad” haciéndose llamar igual que la ciudad fundada por Pedro de Valdivia, Santiago del Nuevo Extremo.
A 35 años de ese disco que pasaba de mano en mano como casete pirata y que hacía soñar a miles de jóvenes bajo dictadura, lanzan su nuevo trabajo con título homónimo “Santiago del Nuevo Extremo” y con tres de sus fundadores originales, Pedro Villagra, Jorge Campos y Luis Le-bert con quien conversamos en pleno concierto de reencuentro con su público en el teatro Cariola.
Tuvieron la noción de lo que significaba estar cantando en dictadura y la influencia que tenían para toda una generación de jóvenes?
-A los chilenos hay que explicarles lo importante que es cantar, porque nosotros siempre cantamos, tú, tus papas, tu familia. Entonces de repente pasaron los años y nos dijeron ¡oye lo que hicieron es importante!, pero si es lo que hacíamos todos.
Pero ustedes son representativos de una época?
-Más que nosotros, ser los músicos de una generación, somos la voz viva de que mi abuelo cantaba, mi bisabuelo cantaba, por tanto, nosotros somos el rescate de eso y los que vienen a nuestros conciertos vienen por eso, a cantar.
Después de tantos años volver a reencontrarse con la banda y esto de ir y venir de los integrantes como Jorge Campos que pasó por “Fulano” y “Congreso” y Pedro Villagra que lo hizo por “Huara” e “Inti-Illimani”, debe ser a veces complicado, digo porque tú nunca te fuiste.
-Lo que pasa que Santiago del Nuevo Extremo es el bajo de Jorge, la flauta de Pedro y mi guitarra y los amigos vienen y refuerzan ese concepto. Entonces hay veces en que ellos se van y me dicen: ¡si queris tocay solo! y lo he hecho un par de veces, pero no es lo mismo .
Mira aquí lo importante es que esta agrupación, toda la vida ha sido un grupo de amigos, entonces no tenemos papeles, no se trata de eso.
En 1981 nace esa gran canción “A mí ciudad” que me imagino te ha dado muchas satisfacciones.
-Sí yo me reconozco en ella cuando me toca cantarla, siempre habito bien dentro de ella, me conduce bien, con buenas secuencias armónicas, con una línea melódica muy de chileno y tiene un texto que corresponde a un chileno haciendo canciones, porque de verdad siento que somos la capital mundial y no de este tiempo, histórica del cantautorismo, del cantar y decir cosas (se ríe y dice pucha que me gusta cantar).
Cantar pero también decir cosas como en “Simplemente” , – las verdades se van haciendo una sola y es valiente quien las dice, más valiente en estas horas- si bien hay un tema de amor, también hay un desgarro social de lo que pasaba en ese momento en el país.
-Mira hacer canciones es sentarse en una cuneta, esperar y mirar. Cuando tú tienes una mirada artística y tienes las herramientas, puedes devolver eso que vistes cantando o pintando, escribiendo poesía o haciendo una puesta de teatro. Lo que pasa que mi mirada es artística, tiendo a ver con mucho afecto y con mucho amor en lo más sencillo y lo más sencillo lo vi en mi gente. Por tanto, yo me identifico mucho con lo chileno, caminando por la calle me siento como en mi casa, me vine en micro para acá (teatro Cariola), para que no sea nada distinto al día de ante de ayer, y a la semana pasada. Y en la micro y en el metro me gritaban ¡córtate el pelo lucho!
¿Qué recuerdos tienes de aquellas pasadas por el Festival de Viña?
-Yo no me refiero mucho a eso, porque el festival es otro mundo, es otro que hacer. Yo crecí en un hogar de música y mi mamá me lo explicaba muy claro, hay veces que uno canta feliz con Rafael y hay veces que no.
¿Fue una pasada incomoda?
-No lo que pasa que nosotros íbamos de músicos, íbamos cantando una canción de competencia y hasta el día de hoy cantamos “Linda la Minga”, porque la tocamos con el alma.
¿Y “el Trauco?
-No “el trauco” ya no lo cantamos, porque nos da miedo (se ríe a carcajadas).
¿Cómo ves esta nueva generación de cantautores nacionales?
-Me cuesta ver, lo que pasa es que hay una confusión. Si tú te estas refiriendo a mis amigos que están en la música, ese es otra cosa. Cuando uno en Chile habla de generación de músicos -te pregunto Miguel-, cuantos cabros compañeros de curso de tu colegio que eran talentosísimos se perdieron, por tanto, cuando uno habla de generación de músicos en Chile hay que ponerse de pie.
¿Entiendo que hay que ponerse de pie por lo difícil que es hoy hacer música?
-Cuando yo era niño la parte más preciada de mi discoteca era la chilena y ahí habían unos cabros que eran “Los Blops” y “Los Jaivas”, lo que te quiero decir, es que había un universo que se renovaba año tras año, en cambio ahora la renovación de todo el universo para todos los chilenos la tienen 4 productoras o agencias que están con mis amigos y que les cuesta un mundo. Pero esa no es mi mirada.
¿Perfecto pero cuál es entonces la mirada de hoy?
-Mi mirada está en la Alameda con San Diego, donde en un rato que tú te paras ahí te aseguro que pasan trecientos cabros que tocan como un demonio. Entonces de lo que anda detrás mi mirada es -que miercales están haciendo los cabros de verdad- y los busco en los panderos chilenos, en los cuequeros, en los cantautores y en las bandas, “Fulano” sacó un disco, se fueron de recreo, dicen que por un buen rato, no les creo ni una hueva, nadie se va de recreo por mucho rato, “Los Congresos” estaban tocando el fin de semana pasado, nosotros vamos a tocar ahora con “Fosil” una banda maravillosa, la gente se va a recordar de cuando éramos chicos.
¿En todos estos años se ha podido vivir de la música?
-Es una pregunta muy ruda para un chileno, yo no puedo compararme a mis héroes colegas músicos que concretaron una vida viviendo de la música, yo hice trampa, pero me confesé y me perdonaron.
¿A que te refieres con trampa?
-Yo fui arquitecto, mira una vez yo estaba en televisión y yo dije que mis visitas esporádicas se debían a que yo era muy profundo etc, etc y llamó por teléfono un auditor de unos 18 años y me dijo ¡Le-bert yo te admiro pero hay que reconocer que en el refrigerador de un arquitecto hay comida! y eso es difícil para la música.
Que fuerte
-Tan fuerte que pasado un tiempo cerré la oficina, pero yo me acuerdo con mucho respeto de ese niño. En esa época yo me reí le mande un abrazo y yo le dije que era consciente de eso. Un día llegué a mi casa y le dije a mi mujer tu y yo somos hippies necesitamos muy poco, los cabros ya están grande, esto fue hace 10 años y claro que fue muy brusco el cambio, pero la experiencia del abandono en un mundo capitalista es la experiencia que tenemos que tener, andar de Santiago del Nuevo extremo a los 59 años es un chiste, no sé cómo explicarle a los amigos, porque yo estuve en el mundo de las facturas de los camiones y preocupado llamando a los clientes a las 3 de la mañana .
¿Y dentro de esta locura sigues con tu esposa de siempre?
-Ella me ha soportado toda la vida, tenemos tres hijos, la mayor es bailarina maravillosa del “Espirar”, mi hijo Camilo canta en la Banda de “Los Fosil” y mi tercera hija, yo diría que es la que más mirada artística tiene, ella es sicóloga con honores y está preocupada de la sicología social.
¿Santiago del Nuevo Extremo se llama el nuevo disco, me imagino que hay una mirada a nuestro entorno?
-Nos propusimos hacer 12 canciones que sirvan pa” cuando el metro está lleno, pa” cuando la bip no está cargada y te dijeron que no y tienes que caminar hasta no se cresta. Nosotros sabemos lo que es irse triste para la casa y necesitar una canción y nosotros la tenemos, siempre la hemos tenido, ya que gozamos de muy buenos instrumentistas. La novedad de este álbum es que cantan mis dos nietas “La Paloma”, una canción que yo tenía y cantaba hace mucho tiempo, de hecho ahora van a subir al escenario con nosotros.
Cómo te llevas con las redes sociales?
-Este concierto que ha causado un revuelo increíble no tiene medios asociados, no tiene afiches en la calle y lo que hay es el facebook y la noticia en el Crónica Digital (se ríe) y yo quiero poner atención en eso, que el facebook reaccione es muy bello, pero que los trabajadores de los medios de comunicación reaccionen es más bello, -como en el caso tuyo- y es porque la industria nos tiene tan alejados que muchos no supieron que ganamos un premio Altazor hace dos años y es porque no hay cobertura. Pero hoy la cobertura la está haciendo la gente y por supuesto los amigos que tenemos en algunos medios…en el fondo cuando uno habla del sistema cagamos, siempre vamos a perder, podemos llamar a la compañía y nunca te va a tender nadie, no retemos más a la telefonista y veamos qué podemos hacer entre nosotros, pero entre nosotros significa nombres no instituciones.
Por Miguel Alvarado Natali
Crónica Digital, 20 de Enero 2016
Yo los queria ver y me dio lata ir sola…..