La fallida intervención, que pretendía frenar la caída de la candidata oficialista Michelle Bachelet en las encuestas, resultó un fiasco porque permitió a los principales opositores, Sebastián Piñera y Joaquín Lavín, presentarse como víctimas del poder.
Pero lo peor es que al salir a proteger a su ex ministra de Defensa de los ataques de la ultraderecha, La Moneda la hacía aparecer ante los chilenos como «incapaz de defenderse por si misma», reforzando los argumentos en su contra por alegada por falta de liderazgo.
Según fuentes gubernamentales, los ministros del Interior, Fracisco Vidal, y el portavoz, Osvaldo Puccio, decidieron ayer bajar el tono a críticas contra el millonario empresario de Renovación Nacional (RN) para no dañar más a Bachelet.
El jefe de Gabinete dijo que «lo que haga el candidato Piñera con sus recursos es problema de él frente a la ciudadanía», luego del concentrado ataque de los ministros en su contra por presuntos «conflictos de intereses» en su candidatura a la Presidencia de Chile.
Puccio, por su parte, resaltó que «lo importante es mantener una campaña electoral de mucha altura, en que no haya descalificaciones», en referencia por los ásperos intercambios verbales de las últimas horas entre los postulantes de la oposición y el gobierno.
También el ministro de Hacienda, Nicolás Eyzaguirre, quien provocó la ira de Piñera al denunciar su reticencia a vender sus millonarias acciones en la bolsa para no entrar en conflicto de intereses, optó por dar un paso al lado para no escalar en el conflicto.
Aunque reiteró su llamado para que Piñera se deshaga de sus acciones bursátiles si quiere ser Presidente, Eyzaguirre subrayó que no se sentía aludido por los calificativos de mercenarios que utilizó el empresario contra los ministros.
En el entorno de Piñera la situación creada por el intervencionismo gubernamental en su contra fue evaluada, con el uso de encuestas internas, como positivas para el multimillonario empresario, quien ayer ya dio inicio a la venta de sus acciones.
El líder de RN no dio señales, en cambio, de interés en bajar el tono al comparar a Eyzaguirre, artífice del neoliberalismo chileno, con el «Rico Mac Pato»: «Tiene las arcas repletas por el precio del cobre y no usa los recursos para mejorar la vida de los chilenos», apuntó.
«No me interesan las peleas ni las guerras (…) Pero no me asusto ni me debilito cuando me agreden», afirmó por su parte Bachelet, quien también optó por bajarle el tono a un conflicto de carácter personal que en nada le favorece.
Otro aspecto criticado por la oposición es el maratón de actos de inauguraciones de obras por parte del presidente Ricardo Lagos, donde aprovecha el filo mediático para llamar a la población a darle continuidad al gobierno de la Concertación.
Los candidatos de la Alianza (derecha) aprovecharon ayer una reunión de coordinación en La Moneda de los jefes de comandos de campaña para pedir al gobierno poner fin al «festival de inauguraciones».
«Fuimos enfáticos en señalar que hubiese prescindencia de los funcionarios en actividades de campaña ni ningún tipo de acción de gobierno en estos últimos días que pueda influir en las elecciones», dijo el legislador de RN, Antonio Horvarth al termino del encuentro.
Santiago de Chile, 24 de noviembre 2005
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