Chesta, una ex dirigente de la conservadora Unión Demócrata Independiente (UDI) y presuntos vínculos con la dictadura militar, había sido nombrada por Michelle Bachelet el pasado viernes, antes de la toma de posesión que tuvo lugar este sábado.
Legisladores de la Democracia Cristiana (DC), principal partido de de gobierno, protestó enérgicamente ayer ante la ministra secretaria general de la Presidencia, Paulina Veloso, a quien acusan además de haber apoyado la candidatura de presidencial de Sebastián Piñera.
Consciente de las molestias, el ministro del Interior y jefe de Gabinete, Andrés Zaldívar, admitió ayer haber recibido informes sobre presuntos vínculos de Chesta con órganos de la dictadura y violaciones a los derechos humanos y dijo que el escándalo se resolvería hoy.
Santiago de Chile, 14 de marzo 2006
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Mar Mar 14 , 2006
El sueño de a unidad de los cristianos, bajo relaciones de justicia y paz universal, se conectan plenamente con las aspiraciones de «Otro mundo posible», que surgen desde esta emblemática ciudad del sur de Brasil. Tal como lo expresó, Secretario General del CMI, Samuel Kobia: «Esta Asamblea ha afirmado la vitalidad del movimiento ecuménico y el compromiso de las iglesias con la visión y la meta ecuménicas de la unidad, así como con la búsqueda de un mundo más justo y pacífico». Una voz común. El Consejo Mundial de Iglesias (CMI) es la mayor y más representativa de las expresiones del Movimiento Ecuménico. Agrupa a 342 iglesias, denominaciones y comunidades de iglesias en más de 100 países, y representa a más de 400 millones de personas. Fue fundado (como las Naciones Unidas) en 1948, e incluye a la mayoría de las Iglesias Ortodoxas y a las principales denominaciones protestantes herederas de la Reforma del Siglo XVI, como Anglicanos, Luteranos, Metodistas, Bautistas y Reformados. Si bien, todavía es minoritaria la participación de Iglesias Pentecostales, su número ha aumentado en los últimos años y existe vivo interés por potenciar su participación futura. Por su parte la Iglesia Católica no es miembro del CMI, pero colabora de distintos modos, por lo cual participó activamente en la asamblea por medio de una delegación de observadores. Las Asambleas del CMI se realizan cada siete años. En esta ocasión concurrieron 700 delegados oficiales de las diferentes Iglesias, que participaron con voz y voto en la Asamblea y además 4.000 participantes en un espacio paralelo denominado «Mutirão», que consistió en más de 200 talleres y seminarios, acontecimientos y exposiciones culturales, lo que constituyó una oportunidad de profundizar en reflexiones sustanciales sobre el tema de esta convocatoria: «Dios , en tu gracia transforma el mundo». La palabra «Mutirão», de origen indígena tupi-guarany, describe un esfuerzo conjunto en pos de un objetivo: algo parecido a la «Minga» de Chiloé. En este espacio nuestro Centro Ecuménico Diego de Medellín ha participado activamente, lo que nos ha permitido complementar y acompañar las deliberaciones de la Asamblea, haciendo parte del movimiento ecuménico de base, que desarrolla innumerables iniciativas transformadoras en todo el mundo. La IX Asamblea estableció una nueva agenda para el CMI en el próximo período en materia de relaciones ecuménicas e inter-eclesiales, acordó varias iniciativas programáticas de peso para consolidar la comunidad fraternal de iglesias y eligió nuevas autoridades para liderar a la organización en este nuevo mandato. El nuevo Comité Central eligió al pastor Walter Altmann, de la Iglesia Evangélica de Confesión Luterana en el Brasil como moderador del CMI. Además designó 8 presidentes para representar al Consejo en sus respectiva regiones. La presidencia de la región latinoamericana será ocupada por la Pastora Ofelia Ortega, de la Iglesia Presbiteriana-Reformada de Cuba. Más que votar, buscar caminos juntos. Un cambio importante en esta asamblea fue la determinación de tomar de decisiones por consenso. Las reformas surgieron de la preocupación de las Iglesias Ortodoxas miembros del CMI, que manifestaron en la […]