‘La izquierda, o las como se quiera decir, desde la revolución francesa se ha identificado con el ideario de libertad, igualdad y fraternidad. Sin embargo, no es mi intención revisar esta discusión y solo quiero dar por aceptado que en la izquierda nos sentimos identificados con esta triada virtuosa. Lo importante es la conquista de estos tres pilares que permiten individuos que, en comunidad, pueden desarrollar y conquistar su felicidad.
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La forma en que se avanza hacia este objetivo no es, por tanto, consustancial al ser de izquierda, coincido con el artículo de Juan Andrés y que fue publicado ayer en Crónica Digital, en que puede haber actos o transformaciones revolucionarias de muy diversos tipos. Tal como lo han sido el derecho a voto de la mujer, el reconocimiento universal de los derechos de la infancia o la fijación de la jornada laboral. Por cierto, todas ellas han sido producto de largas luchas sociales en las que la izquierda ha jugado un rol decisivo.
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El concepto de ser capaz, por tanto, debemos vincularlo a objetivos concretos, a transformaciones de corto, mediano y largo plazo que se propone la izquierda. Los hechos revolucionarios tienen nombre y apellido. Objetivos de corto plazo pueden ser; terminar con la desprotección en que se encuentran los trabajadores, establecer políticas de real protección del medio ambiente, y muchos otros hechos que fundadamente puedan ser realizados con los recursos con que cuenta la sociedad.
Solo he mencionado dos muy evidentes y que forman parte del ámbito de gestión de gobierno, pero que permiten visualizar que la realización de otros, como el salario mínimo y digno, o los derechos de salud y previsión requieren de definiciones presupuestarias y de política económica, que por cierto no escapan de una definición ideológica de fondo en tanto establecimiento de prioridades. Es evidente que nuestra sociedad tiene urgencias desgarradoras, pero lo importante es el avance en la línea de la triada virtuosa.
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Una izquierda capaz entonces debe tener como objetivo llegar al poder para realizar cambios de fondo (es decir, re-definir prioridades país) y no solo lograr transformaciones en los marcos de la gestión gubernamental, sin menospreciar el efecto revolucionario que algunas de estas puedan tener. Aquí entonces Juan Andrés incorpora como objetivo incidir en el centro (político).
Es evidente que el 5,4 por ciento de los votos en la elección presidencial, el 7 por ciento en la parlamentaria o el casi 10 por ciento en las elecciones municipales del 2006, no permiten hablar de una política exitosa respecto a ganar a la sociedad para una conducción de izquierda en pos de lograr los cambios que, según las encuestas, la gran mayoría si desea.
Creo que Juan Andrés debe dar algunas precisiones respecto a que quiere decir con incidir, para que, quienes y como deben incidir y también debemos precisar quienes son y que piensa ese centro político.
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La definición de prioridades es también un problema de orden, las hay de primero, segundo o tercer nivel, etc., y las diferencias en los énfasis de orden son factores constituyentes de una política de alianzas que incida en el centro. Sin duda que nos faltan precisiones respecto a las de primer orden, sin embargo el tema de las relaciones de producción puede ser abordado también en un segundo nivel introduciendo propuestas como la llamada renta básica, o una re-definición impositiva, o la utilización de las ganancias del cobre o los impuestos a la minería privada, etc.. Es decir, hay caminos para construir alianzas si existe la decisión de hacerlo.
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El artículo del subdirector de Crónica Digital, deja muchos vacíos necesarios de llenar. La presidenta Bachelet ha definido un conjunto de prioridades. De mas esta decir que comparto el que en estas definiciones una parte importante de la izquierda no ha tenido incidencia alguna, y es eso lo que debe hacer, comenzar a incidir en la definición de las prioridades, pero eso implica construir un marco de alianzas, ganando no solo a la izquierda que esta en la concertación sino que también al centro político para estas prioridades.
Ya es notable que esa otra izquierda haya logrado consensos con la DC para un conjunto de prioridades que, sin duda, Juan Andrés Lagos compartiría plenamente, pero lamentablemente ni él ni el resto de esa izquierda ha participado de esas discusiones.
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El problema fue lanzado sobre la mesa. Soy optimista y comparto la necesidad de contar con un izquierda CAPAZ, que entiendo también con mínimos niveles de unidad. Pero debemos precisar que entendemos por incidir en política, pues si se trata solo de hacer actos de acercamiento con el resto de la izquierda y no de la construcción de un proyecto, conjunto de prioridades, un orden, que de cuenta de nuestra visión de país, no creo que lleguemos muy lejos.
Por: Gonzalo Rovira. El autor es académico y ex candidato a senador por el Pacto Juntos Podemos Más. Colaborador de Crónica Digital.
Lea el artículo de Juan Andrés Lagos…
EL PAPEL DE LAS IZQUIERDAS EN LAS CONVERGENCIAS POSIBLES
Santiago, 24 de marzo de 2006.
Crónica Digital
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