El mandatario recordó las obligaciones de la vieja y controvertida Organización de Estados Americanos (OEA), tras la firma de un convenio entre ambas partes durante la breve visita cumplida por el secretario general chileno de la entidad, Miguel Insulza.
Consultado sobre una supuesta oscilación de su administración entre lo bilateral y lo multilateral, Morales ratificó la línea de tender la mano amistosa de la negociación a Chile, a la espera de una solución de la demanda marítima.
Agregó que si esa modalidad no logra avances a la solución del conflicto -originado en la conquista chilena de las costas boliviana, en el siglo XIX- Bolivia optará por la multilateralidad.
El mandatario agradeció ante una pregunta de la prensa por recientes declaraciones del canciller chileno, Alejandro Foxley, en el sentido que Santiago puede considerar la posibilidad de otorgar a Bolivia una salida al mar con elementos de soberanía.
Morales alentó la posibilidad de ingresar a conversaciones con el gobierno de Santiago sobre el antiguo diferendo, en función de lo cual ratificó que mantendrá un perfil bajo en el tratamiento del tema, sin el uso político del mismo que atribuyo a sus antecesores.
Adelantó al mismo tiempo que su país no asumirá una posición de confrontación con Chile en la próxima asamblea general de la OEA y seguirá estrechando relaciones con el vecino país, acatando la voluntad de ambas sociedades.
Al recordar con gratitud las demostraciones populares chilenas de apoyo a la salida de Bolivia al mar, durante su reciente visita a ese país, insistió en su tesis de la «diplomacia de los pueblos», cuya voluntad debe marcar el paso de las decisiones gubernamentales.
Insulza coincidió en parte con esa visión, al señalar que muchas veces los deseos de amistad de los pueblos son tanto o más importantes que las actitudes de los gobiernos y las clases políticas.
En el comunicado de prensa que resumió la visita, Morales emplazó virtualmente a la OEA a cumplir sus obligaciones, al subrayar el rol que la organización debe jugar en el cumplimiento de sus resoluciones.
Se refirió a la resolución de una asamblea general de la OEA que en 1979 declaró aquí de interés hemisférico el acceso soberano y útil de Bolivia al Pacífico y exhortó a las partes a negociar una salida pacífica.
En virtud de ello y de otra resolución de 1983, exhortó a la organización a que «coadyuve al proceso de acercamiento boliviano-chileno en la búsqueda de dar a Bolivia una salida soberana al Océano Pacífico».
Ante preguntas de la prensa, Insulza ofreció que la OEA acompañará las conversaciones boliviano-chilenas sobre el tema y todos los temas de una agenda bilateral sin exclusiones, para lo cual consideró que están dadas todas las condiciones.
En coincidencia milimétrica con la posición de la Cancillería de su país, descartó que la organización pueda mediar o convocar a La Paz y Santiago a dialogar, por no ser necesario y por ser el tema estrictamente bilateral y concerniente a dos nacionessoberanas.
Ante una pregunta sobre lo vago del papel de «acompañamiento» que asignó a la OEA en las pláticas, indicó que se limitará a un seguimiento del desarrollo del proceso y apromover reuniones de sectores de las sociedades civiles de ambos y otros países.
El convenio firmado por Insulza y el canciller boliviano, David Choquehuanca, establece, entre otros puntos, el apoyo de la OEA al proceso electoral y el desarrollo de la Asamblea Constituyente a elegirse en julio próximo.
La Paz, 20 de abril 2006
Prensa Latina , 0, 91, 11