El 20 por ciento de los electores aún no pone sabe qué nombre marcará en la boleta, por lo que la decisión será fundamental para definir cuál de los candidatos se ciñe la banda presidencial el 28 de julio.
Gustavo Rodríguez, publicista y director de Toronja Comunicación Persuasiva, explicó que la clave estaría en la capacidad de los aspirantes para llegar al lado más emotivo de los potenciales votantes.
«El voto viciado o en blanco no es un voto razonado, es un voto de rechazo emocional, y a una emoción así hay que anteponerle una emoción equivalente en intensidad», afirmó Rodríguez.
Alan García, del Partido Aprista Peruano (APRA), lo lograría si mostrara un real y profundo espíritu de humildad en la que le pidiera perdón a Perú por su mal gobierno (1985-1990), abundó el analista.
Mientras que Humala, añadió, pudiera alcanzar esos votos si pusiera más énfasis en la parte de su discurso en la que habla del país que imagina para sus hijos.
Ambos aspirantes a la presidencia deberán concentrar sus campañas en Lima, que concentra el 33 por ciento de los votantes, y en la Sierra Centro, los lugares donde mayor indefinición existe, de acuerdo con el último sondeo de Apoyo Opinión y Mercado.
El estudio, publicado el domingo antes de entrar en el silencio informativo de las encuestadoras, mostró que García y Humala, del Partido Unión por el Perú, se encuentran en virtual empate técnico para la fase decisiva de las elecciones, el día 4.
Sin embargo, la guerra sucia con acusaciones cruzadas entre los aspirantes de estar supeditados al pasado gobierno de Alberto Fujimori (1990-2000) y a su ex asesor de seguridad Vladimiro Montesinos, hoy preso, le aportan nuevas aristas a la justa.
Tal componente ha estado ligado a la violencia del APRA contra sus oponentes que se saldó con tres heridos de bala el jueves pasado en un incidente en la sureña ciudad del Cusco, a más de mil 600 kilómetros de esta capital.
Entretanto, las autoridades peruanas preparan el despliegue de un amplio operativo de seguridad para los comicios a fin de evitar actos violentos que comprometan la tranquilidad y la seguridad de los casi 16,5 millones de votantes convocados.
Cincuenta y tres mil efectivos de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional -cinco mil más que en la primera vuelta del 9 de abril- brindarán seguridad en los locales de votación u otras zonas estratégicas del país durante el ejercicio electoral del día 4.
En diálogo con la prensa, el ministro de Defensa, Marciano Rengifo, precisó que los mandos militares se mantienen en máxima alerta y han adoptado todas las previsiones del caso para evitar cualquier incidente.
La jefa de la Oficina Nacional de Procesos Electorales, Magdalena Chú, garantizó recientemente que la ronda definitiva por la máxima magistratura estará signada por la legalidad y la transparencia.
«Quiero decirle a los candidatos de los dos partidos políticos y a la ciudadanía que la legalidad y la transparencia del proceso electoral está garantizada», expresó Chú como una manera de bloquear recurrentes denuncias de fraude en la primera vuelta electoral.
La titular del ente electoral, encargada de la organización de la justa que concluirá el próximo 4 de junio, dijo confiar en el trabajo transparente y honesto de los miembros de las más de 88 mil mesas de sufragio en todo el país y el extranjero.
Chú informó que todas los documentos para la votación del próximo 4 de junio están en las Oficinas Descentralizadas de Procesos Electorales para su posterior traslado a los centros de sufragio.
Solo Lima y Callao no cuentan con las ánforas, pues serán distribuidas el día antes de la elección, que definirá al mandatario número 68 en 184 años de vida republicana.
Esta semana los postulantes tratarán de congeniar intereses y de captar el apoyo de los electores, para lo que cuentan con varios días de intensos recorridos por el país y el cierre de las campañas el próximo jueves en Lima.
Sin embargo, Humala todavía no tiene aún autorización, pues la prefectura se la negó, dado que planeaba hacerlo el mismo día y muy cerca de la concentración aprista, lo que hizo temer a las autoridades que se generaran actos incontrolados de violencia.
Por: Roberto Hernández desde Lima Perú.
Prensa Latina.
Lima, 30 de mayo 2006
, 0, 110, 11