Lucía, de 60 años, quedó la víspera en manos del servicio de inmigración, acusada de dejar de ingresar al fisco de su país 453 millones de pesos (unos 862 mil dólares) y utilizar pasaportes falsos durante la dictadura de su padre.
Una fuente del Departamento de Estado confirmó la solicitud de asilo político y vaticinó que la prófuga podría ser interrogada este jueves por los funcionarios a cargo de las peticiones de refugio.
La mujer fue detenida en el aeropuerto de Dulles, a unos 35 kilómetros al sur de esta capital, luego de arribar en un vuelo procedente de Argentina, nación a la que huyó inicialmente.
Ahora su suerte está en manos del gobierno del presidente George W. Bush, que considera a Santiago como un fuerte aliado en la aplicación de sus recetas neoliberales en el subcontinente.
La causa pendiente en Chile también incluye acusaciones contra la madre de la prófuga, Lucía Hiriart, y sus cuatro hermanos: Verónica, Jacqueline, Marco Antonio y Augusto.
El agujero causado al fisco chileno por el clan Pinochet ronda los seis millones de dólares.
Este lunes todos estaban obligados a presentarse ante un juez para ser notificados del proceso, pero Lucía se ausentó y optó por buscar tutela en Estados Unidos.
El gobierno norteamericanos tiene un plazo de tres días para decidir si el pedido de asilo político procede o no.
Este miércoles el presidente chileno Ricardo Lagos consideró que el escándalo es triste para su país, dada la incidencia que tendrá en las relaciones entre Washington y Santiago.
Asimismo, el ministro chileno del Interior, Francisco Vidal, señaló que la evasión de la hija del ex dictador ha causado «serias molestias» en el gobierno de la nación sudamericana.
«Obvio, porque normalmente, en la historia contemporánea, asilo político es cuando en los países no hay estado de derecho», alegó Vidal, considerada la segunda figura del oficialismo por su rango de jefe de Gabinete.
Washington, 26 enero 2006
Prensa Latina , 0, 60, 2