La distinción fue impuesta en la víspera por el senador socialista Jaime Naranjo, durante una solemne ceremonia en la sede que la Cámara Alta dispone en Santiago.
En la presentación, Naranjo valoró el trabajo judicial de Garzón, especialmente en el caso Pinochet y su lucha por juzgarlo por crímenes de lesa humanidad, cuando pidió su extradición desde Gran Bretaña a España.
Garzón y Castrisana arribaron a Santiago el pasado viernes, invitados por organizaciones de derechos humanos y de familiares de detenidos desaparecidos. Durante su estancia, han sido objeto de numerosos homenajes y reconocimientos.
El juez español aprovechó para responder críticas vertidas por Pablo Rodríguez, abogado defensor de Pinochet y ex dirigente del grupo ultraderechista Patria y Libertad, quien lo acusó de venir al país para «pautar» a los jueces chilenos.
«No hay peor sordo que el que no quiere oír. Desde que he llegado a Chile, y muchos años antes, he defendido a la Justicia chilena y a jueces que como (Juan) Guzmán han tenido que resistir sufrimiento, represión y exoneración», afirmó.
Luego de la ceremonia, los visitantes y sus anfitriones visitaron el Patio 29 y el Memorial del Detenido Desaparecido en el Cementerio General, donde fueron recibidos por un centenar de personas, muchos familiares de víctimas de la dictadura militar.
Santiago de Chile, 31 de agosto 2006
Crónica Digital/PL , 0, 95, 3