Aun sin oficializar su nacimiento, pactado para noviembre venidero, el anuncio de Bogotá de solicitar formalmente el ingreso al mencionado mecanismo añade una importante fuerza económica y financiera a la entidad.
Las futuras cuotas de cada país en el Banco del Sur, pendientes de definir, están avaladas por reservas conjuntas de divisas cercanas a los 240 mil millones de dólares sin tomar en cuenta a Colombia, que cuenta en ese indicador con unos 20 mil 500 millones de dólares.
Por supuesto, en la relación de naciones destaca Brasil con unos 156 mil millones de dólares, acompañado de pesos pesados como Argentina (43 mil millones) y Venezuela (30 mil millones de dólares).
A las filas de la institución del Sur se sumarán además Ecuador, Bolivia, Paraguay y Uruguay, lo cual coloca a esa entidad en condiciones de salir fortalecida a la luz pública al reunir a ocho de los países de Suramérica.
Para los defensores de la iniciativa, el banco seria un excelente mecanismo de protección frente al peligro que representa la enorme volatilidad en el ámbito financiero y bursátil mundial.
Por otra parte, con ese organismo sus integrantes tendrían la opción de aprovechar en el más amplio sentido sus reservas de divisas, en lugar de mantenerlas en instituciones financieras del norte industrializado.
De esa forma, las naciones del Sur contarían con una herramienta para el respaldo de sus propios proyectos, bajo condiciones bien distintas a las que habitualmente imponen organismos multilaterales como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.
Caracas, 12 de octubre 2007
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