Hace rato que hay muchos que quieren matar la Concertación. Sin embargo, ésta ha demostrado una gran vitalidad que se mostrará una vez más con la agenda que la Presidenta Bachelet someterá al país, como continuación lógica después de la aprobación de la Ley de Presupuesto, con los temas de probidad, seguridad ciudadana y la reforma previsional. De manera que, por encima de la virulencia y los ataques de algunos, la Concertación será capaz de cumplir su tarea de gobernar, para lo cual la mayoría de los chilenos y chilenas lo decidió en enero pasado.
Frente a las críticas del presidente de la UDI, senador Hernán Larraín, en cuanto a que el mandato de la Presidenta Bachelet sería el peor gobierno de la Concertación y que el conglomerado de gobierno estaría en etapa terminal, Escalona respondió que el error que comete Hernán Larraín, es pensar que siempre, durante los cuatros años, estamos en campaña electoral.
Sus declaraciones apuntan a una descalificación del gobierno que es más bien propia de un tiempo de campaña, que de una oposición serena, constructiva, que hace su rol de fiscalizar, de controlar, de criticar, pero que también debe asumir su responsabilidad con el país.
Eso está muy lejos de las declaraciones de Hernán Larraín.
Creo yo que la oposición se traiciona a sí misma, porque no está en condiciones de corregir lo que la opinión pública le está pidiendo. Todas las encuestas de opinión indican que con una oposición destructiva, cuyo único propósito es el desprestigio del gobierno y de la acción política, ese tipo de oposición sigue siendo minoría, no cuenta con una capacidad de vertebrar una alternativa que sea capaz de concursar con la mayoría de los chilenos y chilenas.
Reiteró Escalona que con una oposición destructiva, yo creo que Hernán Larraín se empequeñece a sí mismo.
Santiago de Chile, 20 de noviembre 2006
Crónica Digital , 0, 49, 3