Garfia se quitó la vida el lunes de un disparo en la boca luego de visitar en prisión al general (r) Carlos Krumm, uno de los altos oficiales procesados por el juez Claudio Pavez como sospechoso por la muerte del coronel Gerardo Huber.
El brigadier en retiro fue compañero de curso del ex director de Logística del Ejército chileno -preso por obstrucción a la justicia- y jefe de Huber al momento de su asesinato, ocurrido durante el primer gobierno civil que siguió a la dictadura militar (1973-1990).
Como jefe de compras de la Fábrica de Maestranza de la institución castrense, la víctima estuvo relacionada con el escándalo por un embarque de pertrechos militares descubierto en Budapest, Hungría, en 1991, con destino a rebeldes separatistas croatas.
Huber apareció en el lecho de un río en febrero de 1992 con el cráneo destrozado después de comparecer como testigo en el proceso de investigación que se abrió en la época con la intención de esclarecer la venta ilegal de armas, en la que estaba involucrado el Ejército.
Pese a los fuertes indicios de que se trataba de un asesinato, su muerte fue atribuida por el alto mando castrense a un suicidio y el caso cerrado en 1996, cuando el ex dictador Augusto Pinochet era aún comandante en jefe.
Fuentes ligadas al proceso confirmaron hoy que Pavez manejaría información en torno a que Garfias habría sido advertido por Krumm de «que se cuidara, que él podría ser el próximo», en alusión a la posibilidad de que fuera interrogado y encausado por el magistrado.
Se suma a ello el testimonio de la esposa del fallecido ex oficial, quien aseguró que hace una semana, luego de hablar con Krumm, su marido entró en un cuadro depresivo.
El juez investiga ahora cuál sería el rol que pudo haber tenido Garfias en la muerte de Huber, o en el tráfico ilegal de armas a rebeldes separatistas de la antigua Yugoslavia, para lo cual llamará a declarar a los deudos de del ex brigadier.
El oficial en retiro estuvo destinado en 1973 a la Escuela de Infantería de San Bernardo y se le atribuyó responsabilidad en la desaparición de algunos opositores a la dictadura, pero nunca fue procesado en alguna causa judicial.
La muerte de Garfia es el quinto fallecimiento misterioso de una persona ligada de una u otra manera a la causa, en la cual Pinochet -como jefe del Ejército entonces- es uno de los principales sospechosos, aún cuando no ha sido procesado.
Existen fuertes evidencias de que el ex dictador autorizó el embarque ilegal de pertrechos militares a la ex república yugoslava en pleno gobierno de la Concertación y cuando pesaba un embargo internacional contra ese país.
En el proceso que se le sigue al ex gobernante por las cuentas secretas en el banco Riggs se han acumulado fuertes evidencias de que parte importante de su voluminosa fortuna, estimada en más de 27 millones de dólares, proviene del comercio ilegal de armamentos.
Santiago de Chile, 21 de marzo 2006
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