Emplazados por el gobierno y las agrupaciones de izquierda, tanto Renovación Nacional (RN) como la Unión Demócrata Independiente (UDI) se mostraron favorables a la consulta, si se amplía también a temas como la delincuencia y los impuestos a las bencinas.
La secretaria general de RN, Lily Pérez, fue la primera en responder, al afirmar que «aceptan encantados» pero señaló a la vez que en esa instancia debiera consultarse a la gente sobre delincuencia, el alza de combustibles y otros temas relevantes.
Su homólogo de la UDI, Patricio Melero, en tanto, coincidió en que si la Concertación quiere plebiscitos, entonces «preguntémosle a los chilenos si están conformes o no con la gestión del gobierno en esas materias».
«Sería bueno saber si los chilenos están de acuerdo con la política contra la delincuencia, si están de acuerdo o no en aumentar y poner mano dura a las penas a los delincuentes, si están de acuerdo o no con mantener los altos impuestos a la bencina o bajarlos», subrayó.
Melero, con tono irónico, dijo que su partido estaría dispuesto a aceptar este escenario sólo «con una condición: si quieren preguntar sobre los temas fundamentales y pierden el plebiscito, entonces que se vayan del gobierno».
El dirigente de la agrupación más extremista de la oposición señaló que el gobierno no logrará dividir a la Alianza por Chile en torno al sistema electoral, pese a que mantuvo su rechazo a realizar reformas, mientras que sus compañeros de RN parecían más dispuestos.
El sistema electoral fue impuesto por el ex dictador Augusto Pinochet poco tiempo antes de dejar el gobierno (1990), para asegurar a los partidos que lo apoyaron (RN y UDI) un poder de veto en el Congreso, mientras impide el acceso a las agrupaciones de izquierda.
Para cambiarlo se requiere mayoría absoluta de los legisladores de ambas cámaras del Congreso, que las fuerzas oficialistas no pueden conseguir precisamente por la sobrerepresentación de escaños que tiene la derecha gracias al sistema.
En ese contexto, los partidos de la coalición gubernamental y los de la denominada izquierda extraparlamentaria (comunistas, humanistas, izquierda cristiana, entre otros) han insistido en la posibilidad de llevar a cabo una consulta popular.
Aunque los plebiscitos en Chile no son vinculantes, el objetivo de la consulta sería presionar a la derecha opositora, principal beneficiaria del actual sistema, para reformar la norma, considerada antidemocrática y excluyente.
Santiago de Chile, 27 de junio 2006
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