Hertz, querellante en varias causas emblemáticas contra ex represores de la dictadura, incluyendo al ex dictador Augusto Pinochet, fue considerada una aspirante de fuerza a la candidatura presidencial del pacto de izquierda.
Por ello su designación es interpretada ahora como una señal de la mandataria hacia los sectores progresistas chilenos y un reconocimiento de la trayectoria de la nueva embajadora en la defensa y el respeto de los derecho humanos.
La profesional -viuda de un militante comunista ejecutado político durante la dictadura militar- es querellante en el emblemático caso de Caravana de la Muerte y ejerce también acciones contra Pinochet por las cuentas secretas del banco Riggs.
Con anterioridad, se hizo parte en el proceso abierto en España por el juez Baltasar Garzón en contra del ex gobernante, lo que motivó su renuncia a la Dirección Jurídica de la Cancillería, en 1998.
Su dimisión la fundamentó entonces en la necesidad de estar en libertad de acción para poder adherir a la querella contra Pinochet ante la justicia española, en abierta discrepancia de la posición jurídica oficial del gobierno del ex presidente Eduardo Frei.
En ese entonces Pinochet se encontraba detenido en Londres y la cancillería chilena ejercía fuertes presiones para lograr su regreso a Chile.
En 2002, Hertz partió a Ginebra, Suiza, como agregada científica en la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas. Allí estuvo durante un año y medio y a su regreso a Santiago retomó la acción judicial contra el general (r) Pinochet.
Santiago de Chile, 13 de abril 2006
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