La Jefa de Estado, así como su vocero, el ministro Ricardo Lagos Weber, debieron pronunciarse en los últimos días sobre esa tesis, lanzada originalmente en agosto por el periodista Manuel Cabieses, director de la revista Punto Final.
El planteamiento señala que la imagen de la mandataria esta siendo objeto de «asesinato político» por parte de machistas chilenos, tanto de la oposición como del propio gobierno, que atribuyen al género presuntas deficiencias de liderazgo y de gestión.
La polémica saltó este fin de semana a los grandes medios escritos y televisivos, justo cuando en la Argentina una mujer, Cristina Fernández de Kirchner, conquistaba la presidencia de la vecina nación.
Bachelet aprovechó la ceremonia a la que, entre otros invitados, asistieron cuatro ministros y cinco ministras, para apuntar que «no es casualidad que en dos países vecinos, de similares características, se elija mujeres para dirigir sus destinos».
Tiene que ver -aseguró- con que también se busca poder incorporar la mirada de la mujer en la política, en la relación entre los gobernantes y la ciudadanía, frente a los temas sociales.
La firma del proyecto, que ahora transitará por un Congreso de abrumadora mayoría masculina, coincidió también con el auge del número (51 este año) de mujeres asesinadas por sus parejas y una campaña gubernamental para combatir la violencia intrafamiliar.
Bachelet, al explicar los objetivos de la proyectada ley, reconoció que «estos procesos enfrentan dificultades y problemas, pero también tienen un camino pleno de realizaciones -insistió- que no tiene vuelta atrás».
La inserción de la mujer en los niveles de conducción y dirección llegó para quedarse, aseguró entre aplausos.
Tras sostener que se trata de un paso decisivo para que las chilenas «estén más y mejor integradas a la actividad política y al servicio público del país», subrayó que la nueva legislación busca doblar los niveles actuales de participación política de las mujeres.
El proyecto, en relación a los partidos políticos, plantea que éstos aseguren la democracia interna, la igualdad de oportunidades, la capacitación y participación equilibradas en cargos internos y responsabilidades públicas.
También propone que los partidos contribuyan a restablecer el equilibrio para que ningún género tenga más del 70 por ciento de integrantes en sus órganos directivos y que ese mismo porcentaje se dé en las listas de candidatos para cargos de elección popular.
Por otro lado, el proyecto de ley menciona incentivos económicos para favorecer a las candidaturas de las mujeres, entre otras medidas.
En Chile, las mujeres constituyen cerca del 50,7 por ciento de la población, pero esa mayoría no se manifiesta en las instancias de poder político.
Por ejemplo, en las últimas elecciones parlamentarias, sólo había una mujer por cada seis candidatos y, en las municipales, una en cada cinco. Actualmente, hay dos senadoras (de 38), 18 diputadas (de 120) y 42 alcaldesas (de 345).
La victoria de la «señora K» en Argentina dio nuevos impulsos al tema y el mismo día el ministro Lagos Weber, crítico del machismo chileno, se enroló personalmente en una campaña publicitaria para erradicar la violencia contra la mujer.
Junto a un periodista, un deportista, un religioso, un ejecutivo bancario y un actor, Lagos Weber recordó que la violencia contra la mujer es un delito y luego comentó el rol del gobierno y el anuncio de la presidenta Bachelet de duras penas para los agresores de mujeres.
Después, admitió: «las leyes ayudan, pero nada será suficiente si no cambiamos las mentalidades».
Por Jorge Luna. Corresponsal de Prensa Latina en Chile.
Santiago de Chile, 30 de octubre 2007
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