En un discurso en un acto oficial, el mandatario dijo que las conversaciones podría realizarse en los próximos días, sin precisar fecha.
Sobre el proyecto en debate, el jefe de Estado señaló que el Ministerio de Educación firmó previamente un acuerdo con la Iglesia para valorar sus criterios acerca de la norma, lo cual muestra la voluntad de dialogar.
«Abogamos por la libertad de religión en Bolivia y en eso coincidimos con la Iglesia», dijo, a tiempo de señalar que deben superarse las diferencias, planteadas por la aseveración eclesiástica de que la reforma proyectada proscribirá al catolicismo de las escuelas.
Apuntó que conoce las susceptibilidades creadas por las transformaciones contenidas en el proyecto aprobado en un reciente Congreso Nacional de Educación, pero reiteró que no está en debate la fe religiosa, sino algunos intereses de la jerarquía católica.
El mandatario se declaró el pasado martes muy preocupado por el comportamiento de algunos jerarcas de la Iglesia Católica, que «actúan como en los tiempos de la Inquisición», según expresó.
Solicitó a las autoridades eclesiásticas que entendieran que en Bolivia hay libertad de religión y credo, y no es aceptable que intenten imponer sus criterios.
Somos católicos y se va a respetar el catolicismo, y la materia de religión en las escuelas, sentenció, en medio de una campaña religiosa contra el proyecto de que la enseñanza escolar abarque a todas las religiones y no solamente promueva la católica.
Pidió igualmente a los obispos se abstengan de hacer ostentaciones de poder, en alusión aparente a la gran influencia del catolicismo en el país.
La jerarquía católica se opone a una reforma según la cual en las escuelas debe ilustrarse al alumnado sobre todas las religiones e impartirse aquellas que las familias escojan.
El tema motivó aquí una intensa campaña de fuerzas políticas tradicionales y medios de difusión afines, y fue usado sin éxito por esos sectores en la campaña por las elecciones de delegados a la Asamblea Constituyente del pasado 2 de julio, ganadas por el gobernante Movimiento al Socialismo (MAS).
El mandatario habló ayer del tema en un discurso pronunciado al recibir un reciente estudio de Naciones Unidas sobre el desarrollo humano en el país , la seguridad ciudadana y la falta de credibilidad en la Policía.
Al respecto dijo que efectivamente la situación de ese cuerpo es preocupante, sobre todo por los problemas de corrupción y discriminación, que arrastran desde las pasadas décadas.
Morales afirmó que, no obstante, lo más importante ahora es la conciencia alcanzada por los mandos policiales, de acompañar el proceso de cambios, el cual no excluye transformaciones en esa institución.
Sobre supuestas irregularidades denunciadas por la Superintendencia de Hidrocarburos en una compra de petróleo a Brasil, comentó que estudiará los informes presentados y adelantó la impresión de que en la acusación hay muchas imprecisiones.
En torno la Revolución Agraria cuyo anuncio se prevé para el 2 de agosto próximo y a las resistencias que motiva en sectores opositores , señaló que la nueva política busca eliminar el latifundio y distribuir tierras ociosas, y a eso nadie podrá oponerse, precisó.
El mandatario adelantó que la nueva legislación, que prevé procedimientos ágiles de reversión estatal y expropiación de parcelas, redistribuirá tierras, pero respetará los predios productivo y hará posible la mecanización del agro.
Las modificaciones a la ley de Reforma Agraria solo preocupan a terratenientes que poseen grandes extensiones de tierras solamente para negociar o hipotecar y no para trabajar, agregó.
La Paz, 28 de julio 2006
Prensa Latina , 0, 58, 19