El titular hizo el planteamiento, que endureció una polémica desatada por sectores que pretenden mantener la primacía católica en la educación, ante la intensificación de presiones traducidas en el inicio de movilizaciones de colegiales en varias ciudades en defensa de la religiosidad supuesamente amenazada.
Señaló que la mentira más grande que la Iglesia está cometiendo, la primera mentira, es haber dicho que la materia de Religión va a desaparecer, pues el gobierno no ha manifestado eso.
«Están diciendo que nosotros vamos a destruir a la Iglesia, sus creencias, !qué falso!, afirmó Patzi, quien emplazó a los obispos a que «no mientan al pueblo» y expresen «toda la verdad» sobre el proyecto recientemente concertado en un congreso nacional educativo.
La jerarquía católica, cuyos repesentantes abandonaron ese evento, se opone a una reforma, según la cual en las escuelas deben ilustrarse al alumnado sobre todas las religiones e impartirse aquellas que las familias escojan.
Patzi acusó también a los obispos de aliarse con una conspiración oligárquica contra el proceso de cambios encabezado por el presidente Evo Morales y lamentó esa posición, que contradice actitudes recientes de religiosos favorables a las transformaciones.
«La Iglesia (católica) está, ahora sí, al lado de la oligarquía, porque la Iglesia hace 514 años que ha estado al servicio de la oligarquía y de los ricos. Eso nadie puede desmentirlo», expresó.
Ratificó el objetivo de establecer una educación descolonizadora, comunitaria y productiva, que promueva las culturas indígenas y reconozca la pluralidad religiosa, incluyendo prácticas aborígenes, como el culto a la Pachamama (madre tierra).
«No vamos a permitir que los curas oligarcas conspiren contra el Gobierno nacional con sus mentiras a los bolivianos de que queremos destruir su Iglesia», remarcó, a tiempo de ratificar las garantías gubernamentales para el ejercicio de las diversas religiones.
Consideró absurdas las persistentes acusaciones de que se pretende quitar a Dios de las escuelas, y recordó que el gobierno y la Iglesia católica firmaron un acuerdo, según el cual la enseñanza de la materia de religión no será eliminada de las iglesias.
«No habrá privilegios para nadie porque vamos a descolonizar la educación, le guste a quien le guste, y mientras yo siga como Ministro no vamos a retroceder en nada», afirmó.
Acusó a elementos de la Iglesia católica de manipular a padres, profesores y alumnos, para que realicen marchas contra la política educativa del gobierno, como las realizadas ayer en la sureña ciudad de Tarija y hoy en la oriental de Santa Cruz.
El tema motiva una intensa campaña de fuerzas políticas tradicionales y medios de comunicación afines y fue usado sin éxito por esos sectores en la campaña por las elecciones de delegados a la Asamblea Constituyente del pasado 2 de julio, ganadas por el gobernante Movimiento al Socialismo (MAS) en forma holgada.
Un análisis del periódico político-cultural El Juguete Rabioso señala esa afinidad y considera que la jerarquía católica quiere preservar los subsidios estatales de que disfruta porque la Constitución vigente considera a esa confesión la prioritaria.
Resalta que uno de los principales abanderados de la oposición religiosa al proyecto de ley educativa es el sacerdote alemán Sebastián Obermayer, quien fue delegado presidencial (ministro) para esa urbe, bajo el segundo régimen (1997-2001) del ex dictador Hugo Banzer.
La Paz, 25 de julio 2006
Crónica Digital/PL , 0, 60, 11