Posteriormente, el día miércoles 18 de octubre fue despedido el equipo completo de profesionales, de una manera bastante indigna.
Que pena, que doloroso, que lamentable. Se trataba de un proyecto innovador y ambicioso. Se juntó un grupo de personas que reunían ciertas características comunes: no militar en ningún partido político, compartir un tremendo espíritu de servicio y ser muy rigurosos técnicamente. La trilogía perfecta para desarrollar un trabajo libre, punzante y serio.
Como en todo grupo humano, se cometieron errores y se fue aprendiendo sobre la marcha.
Todos eran bien recibidos en el Observatorio, no se miraba el color político del sindicato o sus dirigentes y dirigentas. El objetivo central era fortalecer la acción sindical y entregar las mejores herramientas para ello. Los medios eran muy simples: trabajo duro y cariño.
Los cambios en la economía mundial exigen cambios urgentes para los sindicatos y sus procesos de gestión, acción y capacitación. El Observatorio Laboral en su génesis, quiso tomar parte de este desafío, transformándose en una herramienta para ayudar de manera participativa a romper esta brecha.
Gran parte de las empresas en que laboran los trabajadores y trabajadoras de nuestro país no entregan la información básica que permita a un sindicato negociar colectivamente de una manera decente. La falta de información y transparencia es uno de los problemas más graves que deben enfrentar los trabajadores. ¿Quiénes son los dueños de mi empresa?, ¿Cuál fue la utilidad operacional de la compañía en los últimos años?, ¿Qué porcentaje representa el pago de las remuneraciones en los costos totales de la empresa? Estas y otras preguntas en la mayoría de los casos no tienen una respuesta. Muchas empresas son verdaderas cajas negras.
Mientras se multiplican los holdings, las fusiones, la llegada de empresas multinacionales, la creación de múltiples razones sociales y se acelera la externalización del trabajo, las distancias entre ricos y pobres sigue creciendo y los derechos laborales siguen siendo vulnerados.
Observatorio Laboral al visualizar esta realidad comenzó a sistematizar un conjunto de información para un gran número de empresas que operan en Chile, información que estaba dispersa o simplemente estaba oculta. Al mismo tiempo se desarrolló un plan de capacitación y socialización para dar cuenta de estos cambios que ponen en jaque el respeto de los derechos laborales.
Muchos sindicatos se dieron cuenta de ello. La necesidad de un proceso de renovación, de dirigentes y dirigentas informados, globalizados, que den solución efectiva a los problemas que afectan día a día a sus afiliados y afiliadas. Sindicatos sanos, pero con mucha fuerza. A ellos dedicamos el trabajo llevado a cabo durante este año.
El Observatorio Laboral comenzó a crecer y acumular información clave y estratégica. Información financiera de las empresas, sus cadenas de negocios, sus estructuras societarias, datos laborales y sindicales. Ahí vinieron los problemas.
Este equipo no va a entrar en el juego de las descalificaciones personales, no es nuestro estilo. No hay que perder el tiempo y energía en eso, hay mucho que hacer, mucho que trabajar.
Simplemente queremos decir, que el sistema y la institucionalidad de la CUT no se encuentra en sintonía con el ritmo que se requiere en estos tiempos. Pero esperamos que en un futuro cercano el peso de los hechos gatille los cambios necesarios para que instancias innovadoras y arriesgadas como el Observatorio, encuentren una CUT moderna, paritaria, joven y democrática.
Se necesitan cambios urgentes, la situación laboral en Chile no aguanta más, el sufrimiento de mucha gente que no tiene la posibilidad de acceder a las redes de poder es superlativo.
La mística, la entrega y el ritmo de trabajo del equipo del Observatorio Laboral chocaron con una barrera de carácter estructural. En Chile existen ciertas lógicas que tienen al país estancado. Los empresarios creen que pagando mal a sus trabajadores van a poder aumentar su producción, la personas en sus trabajos a veces ni se saludan en los pasillos, el país está fome, chato, se necesita renovar el espíritu. Desgraciadamente estos males se han extendido incluso a parte de la dirigencia sindical. Pero eso no nos compete a nosotros.
A todos quienes depositaron su confianza en nosotros y trabajaron codo a codo con el equipo, les queremos decir humildemente, que este grupo de personas va a continuar desarrollando su trabajo al servicio de los trabajadores y trabajadores de Chile en un lugar que lo permita, bajo un sistema que posibilite emprender un trabajo sincero, libre y por sobre todo muy profesional. Cuenten con nosotros.
Finalmente, queremos reiterar que dedicamos este sueño, que ha llegado a su fin en esta etapa, a todos los sindicatos, a los dirigentes y dirigentas, a sus familias y a todas las personas de buena voluntad que nos expresaron su apoyo anónimamente y que intuían todos los problemas que tuvimos a lo largo de esta travesía para desempeñar nuestro trabajo. Muchas Gracias de corazón.
El miedo inmoviliza a los seres humanos .
Ana Bell Jaras: Consejera Nacional CUT, Directora Observatorio Laboral
Rubén González: Secretario Ejecutivo del Observatorio Laboral
Gonzalo Durán S.: Economista, Investigador Observatorio Laboral
Marco Kremerman S.: Economista, Investigador Observatorio Laboral
Santiago de Chile, 22 de octubre 2006
Crónica Digital
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