‘En todos estos eventos decisivos pareciese en esta hora plantearse no una continuidad rutinaria de cambios políticos, sino una decisión crucial con relación al rumbo a seguir. Pues se plantea urgentemente un viraje ético a la forma de relacionamiento nacional e internacional, en cuanto a la concepción y práctica de la democracia como sistema político, tan amenazada en sus conquistas sociales por querer aplicar un modelo neoliberal en lo económico, el cual ha generado una mayor desigualdad social, fomentado la desesperación de los excluidos, la exacerbación de los conflictos internos y externos y graves daños a los recursos naturales que ponen en riesgo la sobrevivencia del planeta.
La implosión de la ex Unión Soviética manifestó la eclosión de expresiones étnicas reprimidas por su modelo excesivamente estatal centralista. Y a su caída, el intento de globalizar la visión mercantilista neoliberal chocó con las concepciones culturales de los pueblos. Los atentados terroristas de septiembre 2001 en Nueva York dieron pie a una respuesta, en el caso de la administración Bush, actuando en nombre de un dios vengador.
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En la construcción del nuevo camino que tiende a abrirse en esta navidad 2006, retomar el análisis sobre esa actitud excluyente y negadora del otro, de la otra, del distinto a uno, que se ha percibido en los últimos tiempos. La invasión a Afganistán y a Irak se hizo como parte de la guerra al terrorismo, especialmente inspirado en el llamado fundamentalismo islámico. Sin embargo, la actitud fundamentalista no sólo se da en esos grupos. Ni mucho menos todo creyente en el Islam puede ser catalogado de fundamentalista. Es así como Leonardo Boff (Fundamentalismo, Sal Terrae 2003) señala: el fundamentalismo es una forma de interpretar y vivir la doctrina. Es asumir la letra de las doctrinas y las normas sin atender a su espíritu y a su inserción en el proceso siempre cambiante de la historia, que obliga a efectuar continuas interpretaciones y actualizaciones precisamente para mantener su verdad esencial.
El fundamentalismo representa la actitud de quien confiere un carácter absoluto a su personal punto de vista…Quien se siente portador de una verdad absoluta no puede tolerar ninguna otra verdad y su destino es la intolerancia. Y la intolerancia genera el desprecio del otro; el desprecio engendra la agresividad y la agresividad ocasiona la guerra contra el error, que debe ser combatido y exterminado. Y así es como estallan los conflictos en los que se producen incontables víctimas.
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De allí que la perspectiva Fundamentalista ha estado presente brutalmente en la respuesta de Bush.: Aquel que no está con nosotros está contra nosotros
sabemos que Dios no es neutral.. También está presente en la intolerancia religiosa, y en tantas actitudes sectarias doctrinarias, capaces de negar al otro en función de su punto de vista.
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En la construcción democrática que se vislumbra en el horizonte próximo, las comunidades cristianas ecuménicas pueden hacer su aporte para denunciar los fundamentalismos y desde la perspectiva ecuménica liberadora, apoyar los intentos de construcción social democrática, integradora y espiritualmente más sana.
Por Guido Zuleta Ibargüen.
Santiago de Chile, 24 de noviembre 2006
Crónica Digital , 0, 67, 2’
