Los manifestantes gritaron sus demandas mientras llegaron a tomar el segundo piso, donde está ubicado el máximo tribunal, y allí colocaron el lema «Clausurado por denegación de justicia» y «Corte Suprema, vergüenza nacional».
Marcos Díaz, vocero del grupo, dijo que «la muerte de Pinochet no significa el fin de nada. Lo único que hace es darle cuerpo a esa consigna que dice que cuando un tirano muere, el pueblo celebra».
Pero -agregó- es una celebración muy breve, porque lo que nos queda por delante es que ningún asesino más, ningún torturador más puede morir sin ser condenado.
Eso fue lo que vinimos a exigir a la justicia y lo vamos a hacer mañana, pasado mañana y hasta que el último de los torturadores, hasta que el último de los asesinos, esté donde debe estar, en la cárcel, indicó.
Santiago de Chile, 15 de diciembre 2006
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