El Internacional Institute for Strategic Studies (IISS), que es reconocido mundialmente, calcula que Chile es el país más armado de Latinoamérica, excepto por Cuba que está bajo la sostenida amenaza de invasión de parte de Estados Unidos.
Las excusas o justificaciones para estos gastos son inconsistentes. Revisémoslos: La transparencia; transparentar lo irracional no es una justificación, además el IISS se queja de nuestra falta de transparencia. Tenemos dinero por el 10% del cobre, pero tener dinero no justifica el malgastarlo. Sólo renovamos lo viejo y gastado, ¿por qué renovar, si el camino es otro?, el desarme colectivo y concertado. Y, además, ¿cómo justificar la desproporción de esta presunta reposición? No nos hemos contentado con mantener nuestra capacidad defensiva sino que hemos adquirido una tremenda capacidad ofensiva. Buscamos disuadir, pero así arrastramos al resto e iniciamos una carrera armamentista.
La disuasión debe ir por otro camino, el pacífico, el de la persuasión, los convenios y los tratados. Hemos de dejar atrás el siglo XX, el de los grandes conflictos armados. Hemos de abrirnos al imperativo de la globalización que pide el entendimiento y la asociación. Una sola cosa justificaría la política disuasiva: que estuviésemos bajo una amenaza real que no pudiera obviarse. Pero, ¿es ésta nuestra situación?
Recordemos que el Presidente de Perú, Alejandro Toledo, en los primeros años de su gestión clamó por un desarme colectivo en esta zona y, ahora, Chile quiere reforzar la OEA.
El Tío Sam no desea que los niños peleen. Tal vez el resultado más lamentable de nuestra política es que ahora será difícil liderar políticas regionales de integración pacífica y desarme, las que se imponen en el ámbito internacional. En este contexto, la lucha contra la pobreza se vuelve mentirosa si todos los países ocupan sus reservas en gastos militares. Pesada herencia nos dejó un Gobierno exitoso, por lo demás, en otros rubros.
Por: Padre José Aldunate, SJ. El autor es profesor de ética y moral. Colaborador de Crónica Digital.
Santiago de Chile, 20 de abril 2006
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