El proyecto de presupuesto del Estado de Chile para 2021 genera hoy preocupaciones en medios sociales y políticos de oposición ante la posibilidad de recortes en gastos sociales y otras partidas importantes.
Aunque la propuesta no ha sido presentada aún al Congreso por el ministro de Hacienda, Ignacio Briones, este adelantó que, debido a la difícil situación económica provocada por la pandemia de Covid-19, el proyecto de presupuesto para el próximo año será «sobre base cero», lo cual encendió las alarmas.
Para el titular, ese término significa que los ministerios solo demanden recursos para cubrir sus gastos fijos, y dejar así suficientes fondos para reactivar la economía y emplearlos con la mayor eficiencia, además de establecer «nuevas prioridades» para el país.
Desde la oposición están atentos a esa idea sin precedentes, y el presidente de la Comisión de Hacienda de la Cámara Baja, el diputado comunista Daniel Núñez, dijo temer que con el pretexto de que solo hay que invertir en la reanimación de la economía, los gastos sociales queden olvidados, cuyos presupuestos, advirtió, ya son bastante cortos.
Señaló que se pudieran ver afectados los dineros para educación, cultura, educación, el Fondo Nacional de Desarrollo de Ciencia y Técnica, los programas de beneficio para los pueblos originarios y el Ministerio de la Mujer, entre otros.
En la misma línea, Ricardo Lagos Weber, de la comisión de Hacienda del Senado, opinó que se necesita un presupuesto que apoye la reactivación económica, pero que al mismo tiempo ayude a enfrentar los negativos efectos que la pandemia ha tenido en amplios sectores.
Agregó que «se necesita establecer claramente los recursos para el área de salud y el personal de la salud que ha debido enfrentar la pandemia. Este presupuesto debe impulsar el año próximo la actividad económica y promover más empleo».
En el campo académico también hay preocupaciones, y según el economista de la Universidad de Chile Eugenio Rivera, la propuesta de Hacienda es totalmente nueva en la historia del país y se corre el riesgo de recortar importantes partidas destinadas al ámbito social.
En declaraciones a Radio Universidad de Chile, Rivera advirtió que «un presupuesto base cero puede representar un instrumento del Gobierno para reducir fuertemente los gastos».
Ello podría -explicó- «invisibilizar las necesidades de una fuerte reforma tributaria, que a partir de 2022 implica un aumento en la recaudación en torno a cinco puntos del producto interno bruto en solo cinco años», clave para lograr educación y salud de calidad, pensiones dignas y una fuerte contribución para ciencia y tecnología.
Ante el debate que se avecina, el Gobierno busca el apoyo de los partidos de derecha, y ya algunos parlamentarios de esa bancada han expresado su respaldo al proyecto de Briones, con el mismo alegato de que la máxima austeridad -léase recortes- es la única forma de enfrentar la crisis económica profundizada por la pandemia.
Santiago de Chile, 16 de septiembre 2020
Crónica Digital/PL