El secretario general adjunto de la ONU para Asuntos Humanitarios y coordinador del Socorro de Emergencia, Martin Griffiths, pidió hoy solidaridad mundial con Cuba ahora que la nación insular enfrenta la devastación del huracán Ian.
El huracán Ian fue uno de los peores desastres jamás ocurridos en Cuba, afectó las provincias occidentales del país y perjudicó a alrededor de 3,2 millones de personas. Muchas vidas fueron salvadas gracias a las rápidas evacuaciones. Pero el huracán asoló escuelas, hogares, hospitales, negocios locales y zonas agrícolas, indicó la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCAH).
El sistema de la ONU en Cuba puso en marcha un plan de acción de 42 millones de dólares para permitir la realización de esfuerzos humanitarios y el arranque de la recuperación. Para apoyar esto, Griffiths asignó 7,8 millones de dólares del Fondo Central para la Acción en Casos de Emergencia (CERF, por sus siglas en inglés) de la ONU, indicó la OCAH en un boletín de prensa.
Los fondos recién asignados del CERF ayudarán a 575.000 personas en los ámbitos de seguridad alimentaria, salud, agua y saneamiento, refugio y educación, indicó.
«El pueblo de Cuba ha mostrado una enorme resiliencia y ha actuado rápidamente con base en las alertas tempranas al enfrentar tormentas», dijo Griffiths en el boletín de prensa.
«Sin embargo, la crisis climática vuelve a las tormentas más intensas y más frecuentes. Las personas esperaban 50 centímetros de precipitación, pero experimentaron tres veces tal cantidad, perdieron su hogar, fotos familiares, artículos escolares de los niños y medicamentos de los ancianos. Todos debemos ayudar a las personas a responder y recuperarse», añadió.
Los alimentos, suministros médicos, equipos de higiene, provisiones de alojamiento y otros artículos que estaban posicionados antes del huracán ya están llegando a las personas necesitadas, pero necesitan mucho más apoyo, dijo la OCAH.
El huracán dañó alrededor de 170 clínicas de salud y más de 1.000 escuelas, lo que afectó la educación de 139.000 niños. Se perdieron varios centros comunitarios de distribución de alimentos y almacenes de procesamiento y muchas personas perdieron botes pesqueros, ganado y otros medios para obtener fuentes de ingreso. La falta de electricidad en gran parte de la zona afectada y la limitada disponibilidad de combustible están obstaculizando la respuesta, añadió.
Naciones Unidas, 19 de octubre 2022
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