Cada barrera que impida el avance de la Revolución debe ser demolida por una ley, expresó Chávez en su primer encuentro con los 167 diputados de los partidos que integran la Alianza por el Cambio, en clara expresión de lo que espera de la institución.
Las elecciones parlamentarias del pasado 4 de diciembre estuvieron precedidas por un intento de boicot de organizaciones políticas opositoras, que se retiraron de la contienda apenas dos días antes para evitar una derrota aplastante.
Según los sondeos, la oposición a Chávez obtendría de 20 a 30 diputados, expresión del apoyo de la política oficial de alto contenido social, sobre la base de una mejor redistribución de la cuantiosa renta petrolera del país.
Sin embargo, las declaraciones del Jefe de Estado apuntan hacia una profundización del proceso, mediante cambios estructurales para sentar las bases de un sistema de justicia social que el primer mandatario venezolano a menudo identifica con el socialismo.
La importancia de reestructurar el sistema legal venezolano es expuesta por Chávez con el ejemplo de la Ley de Hidrocarburos aprobada durante su mandato, que permitió revertir un proceso encubierto de privatización de ese sector clave para la nación.
Pero más allá de una concepción exclusivamente legislativa de la Asamblea Nacional, la proyección apunta a un nuevo tipo de parlamentarismo, que se ha dado en llamar «de calle», basado en una vinculación directa de diputados y electores.
Con esta perspectiva diputados y funcionarios deberán integrar un mecanismo de contraloría «que permita detectar los errores, engaños e irregularidades, para abordar con eficacia los problemas del pueblo y acelerar la atención de sus necesidades», según Chávez.
Esa orientación se incluye en la estrategia de una mayor participación popular en la gestión administrativa, que el Jefe de Estado venezolano ha definido como la transformación de la democracia representativa en participativa.
Chávez, quien abordó críticamente el bajo porcentaje de asistencia a las elecciones parlamentarias pasadas, de apenas 25 por ciento, advirtió que la deficiencia gubernamental para solucionar los problemas desilusiona a la ciudadanía y desmotiva la participación.
Entre las deficiencias apuntadas, el Presidente venezolano consideró importante enfrentar la corrupción, como uno de los mayores peligros del proceso de cambios iniciado con su ascenso al poder en 1999.
La perspectiva apunta a la consolidación y ampliación de los programas sociales oficiales que llevan la denominación de «misiones» y abarcan sistemas gratuitos de salud y educación, subsidios alimentarios y creación de empleos, entre otros.
En opinión del líder venezolano se requiere para ello dotar a cada una de esas misiones de una legislación, junto a la adopción de una
Ley de Economía Popular para resaltar el carácter social de las cooperativas de producción y servicios en amplia expansión.
Un ejemplo de que la profundización de las transformaciones no será fácil es la crítica situación existente actualmente con el mercado local del café, desabastecido artificialmente como presión de los productores en su demanda de alzas de precios.
En relación con esta situación, similar también a la de la leche, Chávez adelantó la perspectiva de aprobar una Ley Antimonopolio, como herramienta legal.
La recién inaugurada Asamblea Nacional de Venezuela, que sesionará para el período 2006-2011, está dominada por el Movimiento V República (MVR) de Chávez, con una mayoría calificada de 114 asientos.
Los otros 53 curules están ocupados por partidos aliados como Patria para Todos (PPT), con 19 diputados, Por la Democracia Social (PODEMOS) con 11 y Comunista (PCV) con ocho, entre los de mayor representación.
El control parlamentario se suma a la preponderancia en las gobernaciones, de las cuales la Alianza para el Cambio controla 21 del total de 23, además del Distrito Capital y alrededor del 90 por ciento de los gobiernos municipales y juntas parroquiales.
En este panorama pocos dudan en Venezuela de un triunfo de Chávez en los comicios presidenciales de diciembre de este año, frente a una oposición desmoralizada por el amplio respaldo popular de las medidas oficiales de amplio contenido social.
Por: Miguel Lozano
Caracas, 7 de enero 2006
Prensa Latina , 0, 61, 4