Como primer punto, Insunza planteó la proporcionalidad del sistema, es decir, la correcta representación de la soberanía popular debe ser un ciudadano, un voto, de igual significación.
La errada proporción del sistema electoral binominal, agregó Insunza, facilita por ejemplo a la Alianza por Chile con el 38% de los votos tener el 45% de los diputados y ese número les permite bloquear todo cambio importante en el sistema político, económico y social
Otro componente clave de lo que el dirigente calificó como un sistema decente es la distribución de las unidades territoriales electorales, o sea, los distritos y circunscripciones, que actualmente permiten el bloqueo de toda transformación importante.
Por esto, una distribución realmente democrática debe basarse, a juicio del PC, en las regiones excepto las de alta población, enfrentando de esta manera el centralismo asignando a las regiones una base de electos que limite esos efectos que será de 3 para cada Región excepto la Región Metropolitana.
La representación de las regiones se expresará también con un peso mayor en el Senado, forma que consideró siempre el sistema electoral chileno en un Senado con 45 miembros, agregó Insunza.
El dirigente del PC especificó también la necesidad de poner fin a todo tipo de discriminación basada en el origen social de los ciudadanos, exigiendo el fin de la norma constitucional que impide a los dirigentes sindicales o vecinales ser candidatos a parlamentarios y la exigencia de enseñanza media completa como requisito de inscripción de candidaturas.
Además, especificó la necesidad de resolver la inscripción automática y el derecho a voto a los chilenos residentes en el extranjero.
Para finalizar, Insunza afirmó que no basta sólo modificar el número de Diputados y Senadores y su modo de ser electos. La perspectiva del cambio debe colocar como objetivo una nueva Constitución.
Santiago de Chile, 8 de febrero 2006
Crónica Digital
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