Tras seis días de paro, los médicos advirtieron que las condiciones en las que atienden a los pacientes de urgencia son críticas y que la falta de personal hace que cada día se derive a otros recintos a la mayoría de los enfermos que llegan.
La protesta ha hecho que se suspendan más de dos mil cirugías programadas en el país y las condiciones continúan deteriorándose, según pasan las horas, pues también existen dificultades para la distribución de alimentos en varios centros hospitalarios.
Sólo en la Región Metropolitana se han postergado cerca de 700 operaciones, y los mayores focos de problemas se han dado en los hospitales Roberto del Río, San José, Hospital del Pino, Barros Luco, Posta Central y en el Gustavo Fricke, éste en Viña del Mar.
Los médicos del hospital San José están derivando al 75 por ciento de los pacientes que llegan al recinto. Hay 70 camas cerradas por la falta de personal y se teme que no haya insumos este fin de semana, a lo que se agregan problemas con la alimentación de los enfermos.
El presidente del Colegio Médico, Juan Luis Castro, afirmó que es necesario resolver el paro a la mayor brevedad, porque «se está causando un perjuicio tremendo a los usuarios».
Explicó que enviaron un instructivo a los médicos para que «en caso de trastornos graves y muertes, dejen explicitado que no están las condiciones adecuadas de atención».
Aunque el Ministerio de Salud ha tratado de restar trascendencia a la acogida que ha tenido el paro entre los afiliados al gremio, la titular del ramo, María Soledad Barría, admitió hoy que en algunos hospitales se vive una situación preocupante.
Las autoridades imprimieron miles de folletos con la propuesta salarial del Gobierno y los repartió en los hospitales para dar a conocer a los trabajadores la última oferta del Ejecutivo, y que fue rechazada por los dirigentes de los gremios.
El presidente de la Federación Nacional de Profesionales Universitarios de los Servicios de Salud, Claudio González, aseguró que los folletos son una estrategia para confundir a los trabajadores y quebrar el paro.
Ayer, los dirigentes del gremio se reunieron con sus pares de la docencia y los trabajadores fiscales, que también están en conflictos con el gobierno, para coordinar la formación de un frente sindical unido para presionar más por las soluciones que buscan.
Nos estamos uniendo y haciendo fuerza común. En ese sentido, hemos conversado la posibilidad de empujar juntos un paro social previsto en principio para el próximo 26 de septiembre, dijo el presidente del Colegio de Profesores, Jorge Pavez.
Los dirigentes sindicales aseguraron, sin embargo, que el aunar esfuerzos en función de sus demandas no significa en modo alguno que estén buscando una manera para desestabilizar al gobierno de la presidenta Michelle Bachelet.
Roberto Alarcón, presidente de la Confederación Nacional de Trabajadores de la Salud, el otro sindicato del sector, llamó a Bachelet para que asuma la dirección del país y «no deje que las decisiones sean tomadas por el ministro de Hacienda, Andrés Velasco».
Velasco, economista liberal educado en Harvard, gana cada vez más influencia en La Moneda con sus políticas de corte fondomonetarista en un momento particularmente complicado para la mandataria cuando su nivel de apoyo se mantiene por debajo del 50 por ciento.
Los trabajadores del sector reclaman ajustes salariales postergados desde administraciones anteriores, una reorganización administrativa y mayores recursos para la salud pública, en precarias condiciones por la falta de personal y el mal
estado de los hospitales.
Santiago de Chile, 14 de septiembre 2006
Crónica Digital/PL , 0, 105, 18