No es posible discutir seriamente que Sebastián Piñera mantiene un liderazgo en la intención de voto ya por varios meses. Tampoco es discutible el nuevo posicionamiento de Joaquín Lavín en un período de tiempo más reducido y acompañado de una no despreciable operación mediática que es efectiva.
Pero ha de realizarse una lectura política objetiva y de acuerdo a proyecciones más amplias que una encuesta que es reflejo sólo de lo mediato, sin desconocer que recoge tendencias y ausculta realmente el día político en forma científica.
Otro aspecto importante y no menor en el análisis del CERC, es el factor Soledad Alvear, quien intentó en el Congreso Ideológico de la DC imponerse como presidenciable y fue derrotada. Al parecer sus camaradas sabían que va a la baja y que esta encuesta demuestra esa tendencia, cinco puntos menos. Aunque se mantiene detrás de Piñera y como la primera opción de la Concertación.
Alvear, quien estuvo de vacaciones con su esposo por Norteamérica, no ha dado opiniones sobre esta fotografía, pero está claro que tras reunirse con sectores Republicanos en el país del norte, pasó a llevar la línea acordada por el Congreso DC que buscaba posesionar a ese partido en su línea historia y no a la derecha de la Concertación como lo ha conducido durante su mandato.
En este escenario, sale a relucir la fortaleza y mantención como el líder del sector concertacionista lo tiene José Miguel Insulza. El no está en campaña por la sencilla razón que su partido aun no define su precandidato y, además, su entorno operacional es discreto al no difundir todas las cualidades y liderazgos que Insulza ha demostrado en Chile y ahora a nivel Latinoamericano.
Otro aspecto que la encuesta del CERC demuestra claramente es el descontento ciudadano motivado por variadas manifestaciones erráticas en la conducción política gubernamental, sumado a una fuerte campaña de los sectores de oposición tanto política como empresarial, que pese a la bonanza económica no permiten avanzar en mejorar la distribución de la riqueza. Esto hace que emerjan estos candidatos transversales (Joaquín Lavin) que de una u otra forma ya van diseñando lo que será la fuerte contienda electoral presidencial que ya tendrá un bosquejo en las próximas elecciones Municipales del 2008.
Lo más importante que refleja el estudio es el gran apoyo ciudadano a la propuesta de la Conferencia Episcopal, que a través de su presidente, monseñor Alejandro Goic, planteó un sueldo ético para los chilenos.
El respaldo del 71% de los nacionales refleja el descontento y la decisión del pueblo que realmente exista el famoso chorreo y que todos y todas tengan acceso a la riqueza que los trabajadores chilenos producen, situación que ha obligado a todos los sectores nacionales a trabajar en esa dirección.
Aunque la encuesta no refleja con claridad lo que opinan los chilenos sobre la izquierda, queda claro que un 21% se identifica con ese sector, aspecto no menor, si se pretende que uno de esas filas podría continuar con el legado de Bachelet, y tal vez, con el apoyo de comunistas e Izquierda Cristiana en las elecciones presidenciales del 2009.
Aunque el centro obtiene el 32% del apoyo ciudadano, no podría negociar con la derecha en una eventual alianza, ya que este sector alcanza el 14% de preferencias. Si el centro representado por la DC quiere llevar a uno de los suyos a La Moneda deberá contar con el apoyo de la izquierda de la Concertación (PS) y de los extraparlamentarios (Comunistas-Izquierda Cristiana, y otros sectores) para volver a Palacio.
La alianza entre el PS y el PC en las elecciones de la FECH que se realizaran el 8 y 9 de noviembre próximo, es una muestra de las conversaciones que han llevado hace meses comunistas y sectores de la Concertación, y de ganar, podría indicar el camino que debería tomar la agenda política en vistas a las elecciones municipales del próximo año.
Aunque la izquierda extraparlamentaria no ha definido un candidato(a) y por ende no se ve reflejado en la encuesta, la izquierda deberá definir luego su abanderado(a), ya que al no tener una opción clara, podría llevar a confundir a su electorado y a no marcar su presencia y propuesta entre los chilenos.
Está claro que en las próximas elecciones municipales, será la antesala de las presidenciales y que los abanderados cumplirán un rol muy importante para mantener o ganar municipios. En ese plano la izquierda que ya comenzó hace un tiempo a negociar con la Concertación un acuerdo por omisión en varias comunas del país, deberá definir si acepta a un presidenciable oficialista o a uno de sus filas como abanderado. Todo esto antes de marzo del próximo año, fecha que se inicia la carrera municipal en todo el país.
Por Iván Gutiérrez Lozano
Santiago de Chile, 30 de octubre 2007
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