La operación forma parte de una más grande iniciada en febrero en todo el territorio nacional tras varios mortíferos ataques reivindicados por los talibanes pakistaníes y el Estado Islámico (EI).
El ISPR precisó que hasta la fecha 90 kilómetros del valle de Rajgal fueron liberados.
Para frenar el avance militar, los insurgentes plantaron en la zona numerosos artefactos explosivos improvisados, muchos de los cuales fueron neutralizados, explicó una fuente oficial al diario The Express Tribune.
La operación en el valle de Rajgal es crítica porque este proporciona a los terroristas del EI que operan en Afganistán una ruta segura hacia Pakistán, subrayó.
‘Rajgal es el último bastión de los radicales en los límites entre ambos países’ afirmó, por su parte, un funcionario de alto rango de seguridad en la cercana ciudad de Peshawar.
En los últimos meses el Estado Islámico intensificó su presencia en zonas afganas fronterizas con este país, en especial en las montañas de Tora Bora, utilizadas como refugio en el pasado por Al Qaeda.
El domingo el director general del ISPR, Asif Ghafoor, anunció la nueva campaña en Rajgal, ubicado en la agencia Khyber, una de las siete que integran las Áreas Tribales bajo Administración Federal (FATA, por sus siglas en inglés).
Las FATA y la vecina provincia de Khyber Pakhtunkhwa fueron objetivo central de la campaña Zarb-e-Azb (en urdu, ataque agudo y cortante) que lanzó el ejército en junio de 2014.
Islamabad, 21 julio 2017
Crónica Digital /PL