CHILE MIRA HACIA EE.UU. PARA ADHERIR AL TRIBUNAL PENAL

Conocida como ASPA (American Servicemembers Protection Act), la ley está en discusión en el Congreso estadounidense ante los inconvenientes que provocan al obligar a países amigos que suscriben el acta a firmar un acuerdo bilateral de inmunidad para sus militares en el exterior.

La ley faculta al Presidente estadounidense a usar «todos los medios» necesarios para liberar a ciudadanos de su país arrestados por orden de ese tribunal en cualquier lugar del mundo, no importa la magnitud del crimen que hayan cometido.

Quienes no están dispuestos a asumir ese acuerdo se arriesgan a recibir como sanción la suspensión de toda asistencia militar norteamericana, como la venta de repuestos, piezas y partes de armamento o la capacitación de efectivos militares.

Los analisistas de gobierno estiman que, de ratificarse el TPI, las eventuales «restricciones» podrían afectar aspectos de capacitación y transferencia tecnológica en Defensa. En el Ejecutivo dicen que esos dos puntos están ligados a la compra de todo sistema o armamento.

Se teme además que las recientes fragatas adquiridas por la Armada, algunas de las cuales están en pleno proceso de equipamiento, podrían verse perjudicadas, pues gran parte de sus sistemas y armamentos proceden de Estados Unidos.

Un efecto similar tendría en futuros sistemas que desee incorporar la Fuerza Aérea, con su formidable flota de combate, la más potente de América Latina, integrada por 28 modernos cazas F-16, de fabricación norteamericana.

La esperanza del Gobierno chileno -el único país sudamericano que mantiene pendiente su adhesión a la CPI- es que la legislación sea dejada sin efecto por Estados Unidos mientras dura aquí el debate legislativo.

De lo contrario, cabe la posibilidad de recibir sanciones, que en el gobierno espera sean menores, considerando que «Chile ha demostrado ser el aliado más confiable de esta parte del continente», según fuentes de la cancillería.

Por ello -indican- la estrategia diseñada por La Moneda, luego de la reciente reunión que sostuviera el titular del Exterior Alejandro Foxley con la Secretaria de Estado, Condoleezza Rice, se enfila hacia dos vertientes:

Avanzar en la reforma constitucional, a partir de seguridades dadas por Rice de que la ley podría derogarse pronto ante las crecientes presiones internas, al tiempo que puede mostrar a la comunidad internacional que Chile apoya efectivamente el CPI.

En ese período, que puede durar de ocho meses a un año, el Congreso avanzaría en la tipificación de los delitos no contemplados en la legislación chilena, pero sí en el estatuto de Roma, como son el genocidio, crímenes de lesa humanidad y de guerra.

Más de 100 estados han ratificado hasta la fecha el Estatuto de Roma, documento suscrito en 1998 y que dio origen, a partir de 2002, al Tribunal Penal Internacional.

En América Latina, Brasil, Costa Rica, Perú, Venezuela, Colombia, Ecuador y, más recientemente, México, se adhirieron ya al TPI sin entregar inmunidad a los ciudadanos norteamericanos, lo que los deja expuestos a la posibilidad de sanciones.

Santiago de Chile, 10 de Mayo 2006
Crónica Digital/PL , 0, 91, 3

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INDÍGENAS CHILENOS AMENAZAN CON SUSPENDER EL DIÁLOGO

Mié May 10 , 2006
Visiblemente molestos y amenazantes, familiares de los cuatro mapuches que mantienen desde hace casi dos meses una huelga de hambre dijeron que el mandatario en funciones no les ofreció ningún tipo de solución para la situación de los comuneros presos. Los dirigentes y familiares, encabezado por el lonco (jefe indígena) José Cariqueo, no quisieron hacer declaraciones a la salida de la sede del Ejecutivo, pero se trasladaron a la Central Unitaria de Trabajadores donde dieron a conocer luego los alcances de la reunión. Cariqueo dijo que Zaldívar no aportó nada nuevo en más de hora y media de reunión y en esas condiciones no sirve de nada mantener un diálogo. «Las autoridades serán responsables de las consecuencias», advirtió el dirigente indígena. Juan y Jaime Marileo, Juan Carlos Huenulao y Patricio Troncoso fueron condenados el 2005 -bajo una ley antiterrorista aprobada en la dictadura militar- a 10 años de cárcel y el pago de una indemnización de 820 mil dólares por presuntamente quemar una empresa forestal. Los cuatro se declararon en huelga de hambre desde el 13 de marzo pasado en reclamo de un nuevo juicio por tribunales civiles donde puedan demostrar su inocencia y ser trasladados a un centro penal agrícola donde puedan trabajar mientras se concluye el proceso. Según Cariqueo, el Gobierno sólo se limitó a señalarles que la libertad de las cuatro personas no depende del Ejecutivo, pues no hay un indulto por condenas de la Ley Antiterrorista. La abogada Alejandra Arriaza, quien representa a los condenados, afirmó que Zaldívar trató el tema con la presidenta Michelle Bachelet, y estimaron que la situación debe ser resuelta en el Parlamento, pero el gobierno se abstendrá de encabezar cualquier iniciativa. Agregó que lo único que les ofrecieron fue trasladar a los mapuches al Centro de Trabajo y Estudio de la Novena Región, pero «rechazó hacerse cargo del problema». Cariqueo, en tanto, agradeció el apoyo recibido y llamó a las organizaciones sociales y representantes mapuches para que defiendan con firmeza a «esos cuatro presos políticos mapuches». A nombre del Ejecutivo, el director de la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (Conadi), Jaime Andrade, descartó no obstante un quiebre en las relaciones y sostuvo que se han producido avances en las negociaciones. La pasada semana la Corte Suprema denegó un recurso de amparo interpuesto por la defensa de los mapuches para que se celebre un nuevo juicio en tribunales civiles a los cuatro comuneros, que alegan son inocentes de los cargos. Las organizaciones indígenas pidieron la pasada semana la intervención del Alto Comisionado de Derechos Humanos de la Naciones Unidas en Ginebra, y la protección del organismo internacional ante las persecuciones y hostigamiento de que son objetos en Chile. Santiago de Chile,10 de Mayo 2006 Crónica Digital/PL , 0, 75, 3

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