La huelga, que mantiene virtualmente paralizada la producción de cobre de ese consorcio internacional desde el pasado lunes, se agudizó la víspera con refriegas entre mineros y policías de Carabineros que intervinieron por primera vez de forma directa en el conflicto.
Tras dos jornadas pacíficas, los trabajadores que acampan desde el lunes en el complejo deportivo de la empresa, reaccionaron con molestia por el incremento de la presencia policial y salieron a las calles de Antofagasta, capital de la II Región, para protestar.
«La presencia de carabineros no ayuda. Exalta los ánimos. Estábamos tranquilos, solamente con una guardia puntual, pero lamentablemente llegaron los carros lanza agua y empañaron el clima», afirmó Pedro Marín, vocero oficial de los huelguistas.
Los trabajadores expresaron además su indignación por el poco interés de la empresa en negociar un acuerdo y la utilización de unos 300 trabajadores contratados como reemplazantes en las labores productivas, con sueldos miserables, para sabotear la protesta.
Los trabajadores rechazaron también versiones de prensa echadas a rodar por ejecutivos de la empresa de que el Estado estaría perdiendo siete millones de dólares diarios por concepto de impuestos como resultado del paro.
De cierto -dijeron- significaría que Escondida debe pagar al año más de dos mil 500 millones de dólares por este concepto y en 2005 sólo canceló al fisco 532 millones, mientras en 2006 pagarían alrededor de mil 300 millones, la mitad de lo que dice retribuir anualmente.
«De esto se deriva que podría haber un error intencionado (por parte de la empresa) para confundir a la opinión pública y que se tire en contra de los trabajadores, o puede ser un fraude al Fisco que debe ser investigado» por el gobierno», subrayó Medina.
Dijo que el gremio solicitó formalmente al Servicio de Impuestos Internos (SII) que investigue el asunto. «Queremos que el Estado o los servicios que correspondan se hagan cargo de esto para verificar si los dichos son ciertos o no», sostuvo el vocero.
Los trabajadores reclaman un reajuste salarial del 13 por ciento y bonos por alza de los precios del cobre y término de contratos por cerca de 30 mil dólares, mientras que la empresa sólo ofrece un aumento del tres por ciento y bonos adicionales por unos 21 mil dólares.
Mientras, la huelga contrarrestó la presión a la baja motivada por los temores a una desaceleración de la economía mundial, y llevó al cobre a su tercer alza consecutiva de la semana en la Bolsa de Metales de Londres, donde se cotizó el miércoles a 3.59 dólares la libra.
Pese a que hasta ahora la movilización no ha significado grandes alzas del metal rojo, los operadores del mercado londinense reconocen que hay inquietud por la protesta: «Los chilenos mantienen a todos atentos y el mercado luce nervioso», comentó un experto del sector.
Esondida, propiedad de un conglomerado de grandes transnacionales que encabeza la anglo-australiana BHP Billiton, produce diariamente 3,5 millones de toneladas del metal rojo, el 23 por ciento del total nacional y un ocho a nivel mundial.
Según la Comisión chilena del Cobre (Cochilco), el favorable precio observado durante 2005 hizo posible que los ingresos por exportaciones aumentaran un 22 por ciento en relación con el año anterior, al totalizar 17 mil 762,6 millones de dólares.
Por su parte, el ministro del Trabajo, Osvaldo Andrade, reiteró que está monitoreando el conflicto, incluso ofreciendo sus buenos oficios a través de la Inspección del Trabajo, pero insistió que no intervendrá directamente en un problema entre privados.
«Esta es una negociación que involucra a una empresa privada con una organización sindical y desde ese punto de vista, la prescindencia del Estado en esa tratativa, es un mandato de la ley», dijo tras subrayar su interés en que el conflicto termine en el más corto plazo.
Santiago de Chile, 11 de agosto 2006
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