Si Chile entiende que hay requisitos y aplica una salvaguardia (a productos lacteos), y aquellos que tengan una opinión distinta recurren a la OMC, ahí Chile recurrirá a defender sus derechos, afirmó el ministro secretario general de Gobierno, Ricardo Lagos Weber.
Señaló que la ley nacional sobre la materia emana de la OMC, que reconoce la posibilidad a todos los países de aplicar salvaguardias si existen elementos que lo aconsejen, como es el caso del aumento de las exportaciones de leche y sus derivados desde Argentina.
«Quiero desdramatizar esto, porque precisamente para eso está la OMC, para dar cuenta de los conflictos comerciales», agregó Lagos, tras recalcar que «hay una institucionalidad en Chile que permite, si se cumplen determinadas condiciones, aplicar salvaguardias».
Subrayó que «lo bueno es que existe la OMC, porque si no existiera esta sería la ley del más fuerte y más vivo».
Con el apoyo del Ministerio de Agricultura, los productores de leche chilenos formalizaron el jueves ante la Comisión de Distorsiones la petición para que se aplique una sobretasa arancelaria a la importación de leche líquida, en polvo y queso gauda.
En respuesta, el gobierno argentino señaló en una comunicación que «en caso de avanzarse en la aplicación de tales medidas, no dudaría en llevar la cuestión a la consideración del organismo internacional».
La asociación que agrupa a los productores locales -Fedeleche- pidió que la acción comercial contra Argentina llegue al máximo posible, es decir 31,5 por ciento de sobrearancel.
El presidente del gremio, Adolfo Larraín, también se refirió a la advertencia trasandina y la calificó de «histérica».
«No me extraña del gobierno argentino una acusación así o una amenaza que no pasa a ser más que eso, porque en realidad la petición que presentamos ayer está totalmente fundamentada y creo que tenemos el apoyo de todos los sectores del país», destacó.
Al ser consultado sobre presiones de sectores conservadores, dentro y fuera del gobierno, para revisar la participación chilena en el Mercado Común del Sur (MERCOSUR), Lagos Weber reiteró que se trata precisamente de lo contrario.
«Nosotros nos abocamos por tener permanentemente mayor institucionalidad, mayores reglas al interior del bloque (regional) y lo que nos corresponde y estamos trabajando en fortalecer ese mecanismo», precisó.
En este contexto, el ministro expresó que el país hace lo mismo con otras instituciones regionales como la Comunidad Andina de Naciones (CAN), a la que Chile volverá en calidad de asociado, y con el foro de Asia-Pacífico (APEC).
Respecto al MERCOSUR, recalcó que Chile «tiene un pie adentro, es un bloque importante y lo que nos corresponde es fortalecer ese bloque para que camine en la dirección que al país le parece adecuada».
El conflicto chileno-argentino se desencadenó el pasado mes cuando el gobierno del presidente Néstor Kirchner decidió aplicar un impuesto a las exportaciones de gas a Chile, para ponerlas a tono con los aumentos del precio del combustible que Buenos Aires importa desde Bolivia.
Como resultado de la medida, el valor de gas que Santiago importa desde el vecino país -a precios preferenciales desde mediados de la década de los 90- subió de 1,80 dólares aproximadamente el millar de BTU (medida británica) a cerca de 5,00 dólares.
Paralelamente, aunque no relacionado con lo anterior, el Ejecutivo trasandino decidió subir los precios a las bencinas a los vehículos con chapas extranjeras en las ciudades fronterizas, para evitar el contrabando de combustible.
El gobierno consideró ambas medidas discriminatorias e injustificadas, y contrarias a las corrientes integracionistas que tienen lugar en la región.
Santiago de Chile, 12 de agosto 2006
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