Es un sacerdote católico, que se ha ganado el cariño de sus fieles y cuenta con un enorme prestigio en los sectores populares, es un gran defensor de los Derechos Humanos y hasta con peligro de su frágil humanidad, enfrentó valientemente a la dictadura criminal de Pinochet.
No fue el único, pero fue convocador. Formó el Movimiento Contra la Tortura «Sebastían Acevedo», tomando el nombre del militante del Partido Comunista que se inmoló frente a la Catedral de Concepción, reclamando la libertad de sus hijos que estaban secuestrados por la CNI, en cuyos cuarteles los torturaban, y a ese precio los salvó. El Movimiento «Sebastián Acevedo», que proclamaba su accionar pacífico, tuvo enorme repercusión en la lucha antidictatorial. Pepe Aldunate durante años dirigió y editó, en ese período un Boletín que denominó «POLICARPO», de los que conservo varios números, y cuyo nombre es un homenaje a un mártir cristiano de los primeros tiempos, dedicado a tratar desde su visión de cristiano- católico, de una profunda sensibilidad humanista, los problemas de los derechos humanos de la renuencia de los Tribunales de Justicia, para cumplir su exclusiva tarea de hacer justicia y establecer la verdad. Y, en estas tareas sigue.
Pero, su historia junto a los sectores populares, cristianos o no creyentes, no comenzó con la dictadura. Viene de mucho más atrás y continúa: Fue cura obrero, en Concepción trabajó como obrero de la construcción, no fue el único sacerdote en hacerse obrero, pero en Chile fue iniciador. Estuvo entre los fundadores de «Cristianos por el socialismo», saca lecciones de esa experiencia, pero no está arrepentido ni se fue para la otra alforja.
Es un gran impulsor práctico e intelectual de la Teología de la Liberación En estas condiciones, siente un gran respeto y se estimula su conciencia de cristiano, con el triunfo del gobierno de la Unidad Popular de 1970 y las realizaciones del gobierno del compañero Salvador Allende (nueve años mayor).
No es el único cura, a través del país son innumerables los curas que toman este camino y que en los años de la dictadura adhieren con fuerza e iniciativas propias a la lucha desigual del pueblo de Chile contra una dictadura militar criminal. Varios de ellos son torturados y asesinados.
Recuerdo que acompañamos a José Aldunate, cuando para la anterior Cumbre Iberoamericana, quiso estar en San Bernardo para escuchar a Fidel Castro. Llegamos en micro y tuvimos que caminar varias cuadras porque el tránsito estaba suspendido y cuando quisimos entrar ya casi no se podía.
El grito de ¡Aquí vamos con el cura Aldunate! nos franqueó el ingreso. Estaba contento, según nos dijo sería la segunda vez que vería de lejos a Fidel, la anterior había sido en La Habana, después de un retiro realizado por los Jesuítas, que coincidió con una manifestación en que habló Fidel. Pero esta vez lo vi de cerca, mientras los que lo acompañábamos quedamos atrás con nuestro gran contento Pepe Aldunate, fue invitado a pasar a la tribuna que estaba allá lejos. Feliz 90 años cumplidos, José Aldunate Lyon.
Por Luis Barría Torres.
Santiago de Chile, 2 de agosto 2007
Crónica Digital
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