La firma solicitó -al igual que antes lo hizo la gigante de Antofagasta- los buenos oficios de la Inspección del Trabajo de la II Región para prolongar la negociación con el sindicato minero, luego que sus 374 afiliados acordaron por unanimidad convocar al paro.
Con la petición, que se concretará entre el 20 y 25 de septiembre próximo, los representantes del conglomerado anglo-australiano buscan ganar tiempo en el conflicto que se les viene encima, mientras persisten en convencer al gremio que acepte su propuesta de reajuste salarial.
Según fuentes sindicales, los trabajadores solicitan un alza de sueldo del siete por ciento para 2007, y de 14 para los próximos dos años, además de bonos de producción, los cuales no estarían contemplados en la última oferta ofrecida por la minera.
La empresa, en cambio, habría estado dispuesta a entregar un 3.5 por ciento de reajuste salarial, variable dependiendo de los sueldos actuales de los trabajadores.
«A diferencia de otras negociaciones nosotros lo que pedimos es real, no queremos ni más ni menos, como ocurrió con otros contratos colectivos de la minería, que luego bajan sus pretensiones», dijo el secretario del sindicato, Manuel Zamora.
La minera, ubicada a 10 kilómetros de Sierra Gorda, en el norte del país, tenía plazo legal hasta mañana para solicitar los buenos oficios, decisión que de no haber ocurrido hubiese determinado el inicio de la paralización de actividades a contar del próximo miércoles.
Con los buenos oficios, ambas partes se volverán a reunir con la mediación de la Dirección del Trabajo, escenario que podría significar el fin del conflicto o el inicio de la huelga a partir del 25 de septiembre.
Zamora indicó que aún cuando no han sido notificados oficialmente de los buenos oficios, si recibieron una llamada telefónica del gerente de Recursos Humanos, Gastón Moya, anunciando que lo formalizarán ante las autoridades en las próximas horas.
La votación de la huelga se inició el pasado viernes en las dependencias de la Inspección del Trabajo de Arica, Iquique, Calama, Tocopilla, Antofagasta, Copiapó y La Serena, ciudades de residencia de los trabajadores, quienes en su mayoría estaban con descanso.
A diferencia de Escondida, que aporta el 20 por ciento del cobre nacional y el ocho mundial, Spence está en fase de construcción y habilitación de faena minera, pronosticada para fines de año con la primera producción de cobre.
En su reciente paro, los trabajadores de la mayor minera a cielo abierto del mundo lograron imponer a fines de agosto un histórico acuerdo con reajuste salarial del cinco por ciento -tres veces superior al ofrecido inicialmente por la empresa- y bonos por 17 mil dólares.
El conflicto -el más largo de los últimos años en Chile- se prolongó por 25 días y causó a la empresa más de 200 millones de dólares en pérdidas, mucho más de lo que reclamaban los mineros en reajustes y bonos por fin de conflicto y el alto precio del cobre.
En octubre venidero, trabajadores de la Corporación Nacional del Cobre tienen también previsto iniciar las negociaciones por un nuevo contrato colectivo, que se espera sean complejas y donde no se descarta terminen en otro paro.
Santiago de Chile, 17 de septiembre 2006
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