Adoquines mirando por el balcón ahumado
De la calle Huérfanos…
Herraduras de caballos
Caballeros callejeros y burgueses
Atraviesan la pared de mis recuerdos
Un riel fantasma cruza la esperanza
Bajando pa” Matucana,
Las madres nuevas
Y los muertos felices
Mueven las manos
Detenidas en el sanatorio de San Juan,
Arriba del lomo de un perro huesudo
Tiró galopando hasta mi querida libertad
Mira como pasan las hojas
De árboles sabios
Hojas que hablan de casas ancianas
Que entierran sus dedos en la tierra
Para quedarse para siempre
En el lecho donde nacieron,
Tierra de barrio
Barrio de patios largos,
Pasillos que van a algún lugar imaginario
Bario de cuellos almidonados
Y zapatos brillosos
Barrio de patas desnudas de niños morenos
Y emigrantes que gritan
Buscando un tranvía que nunca volvió
Mira como se tiñe de colores
Colombia querida, Perú mágico
Boliviano y ecuatoriano vecino
Está pasao a América mía,
Aquí en el Yungay almidonado
Anillado a un cite que une una calle unida a un cite,
Y todo en la misma olla
¡ Devuélvanme la feria ¡
Grita un roto en la alfombra
de adoquines de colores de la calle huérfanos,
Dando vuelta entre la plaza y el sanatorio
Con olor a calle, los berlinés son tan dulces
Es tan dulce andar
A pata suelta
Mientras se oyen los susurros
Orientales de la Quinta Normal.
Por Juan Carlos Ramírez