Luego de tres semanas de tensa lucha, la ex ministra de Defensa recibió con alivio los resultados de cuatro encuestas sucesivas que en los últimos días reafirmaron sus posibilidades de convertirse en la primera mujer que llega a la jefatura del gobierno.
«Las encuestas me dan como ganadora y eso me da una gran alegría, pero lo importante es trabajar de aquí al 15 de enero para garantizar ganar y ganar muy bien», precisó a sus seguidores, tras advertir que «las elecciones se ganan con votos y no con encuestas».
Tras el debate televisivo del pasado miércoles, al que llegó empatada con su más experimentado y mañoso oponente, la médico socialista logró tomar una clara ventaja, que oscila de tres a 11 puntos, muy difíciles ya de remontar en la semana que resta.
En el encuentro cara a cara, sin un desempeño brillante, Bachelet se las arregló para convencer a un alto número de electores de lo que parecen ser sus más relevantes virtudes: honestidad, cercanía y credibilidad.
Un sondeo telefónico realizado inmediatamente después de concluido el programa dio un empate a 43,7 por ciento, pero otro más reposado, de la encuestadora independiente Time Research, otorgó un margen de ocho puntos (49 a 41) favorable a la abanderada oficialista.
A este se sumó otro de carácter interno, efectuado por el oficialismo, donde se afirmaba que si las elecciones hubieran sido el domingo Bachelet hubiera ganado con 53 por ciento de votos contra 47 del millonario economista.
Sin embargo, la que más contentos puso a sus seguidores, fue la informada el sábado por el diario conservador La Tercera y la empresa consultora DataVoz, que le concedió un margen de 11 puntos (41 por 29,7), aunque con casi 21 por ciento de indecisos o que no declararon.
El último fue realizado la víspera por el también diario de la extrema derecha El Mercurio, que le dió a la aspirante oficialista, de 54 años de edad, 47 por ciento de las intenciones de voto y al multimillonario empresario, 44,4.
Mientras Bachelet recibió con satisfacción los resultados de las encuestas, el abanderado de la oposición de derecha, dos años mayor, restó validez a los estudios y aseguró que «el 15 de enero vamos a celebrar un triunfo, vamos a empezar a cantar victoria».
Tampoco el jefe político de su comando, senador Alberto Espina, dio importancia a los sondeos, porque -en su opinión- «están defasados» y no contabilizan el traspaso de votos desde la candidatura del otro contendiente en la primera vuelta, el también derechista Joaquín Lavín.
Piñera había obtenido 25,22 y el ex alcalde de Santiago algo más de 23, que sumados ambos -ahora en la misma trinchera- aventajaban a Bachelet (45,95) por casi tres puntos. El otro candidato en la puja fue el izquierdista Tomás Hirsch, quien obtuvo 5,4 por ciento.
El comando de Piñera inicia hoy sus últimos actos de campaña con un recorrido por varias ciudades del sur del país, para cerrar su carrera el jueves en Valparaíso, en la costa central y a unos 120 kilómetros al oeste de Santiago.
Bachelet, a su vez, llegará este lunes a Concepción, donde recibirá el apoyo de una delegación del Partido Socialista francés que llegó el domingo a Santiago encabezada por su posible candidata presidencial para las elecciones de mayo del próximo año, Segolene Royal.
La candidatura de la ex ministra de Salud y Defensa durante la administración del presidente Ricardo Lagos ha despertado tanto o más interés fuera de las fronteras que en su propio país.
«Piñera nunca tendrá este respaldo internacional que la Concertación de Chile sí provoca, por la transversalidad y la amplitud de las fuerzas que nosotros representamos», declaró la diputada socialista Isabel Allende, hija el extinto presidente Salvador Allende.
Santiago de Chile, 9 de enero 2006
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