El anuncio del jefe del gobierno libanés fue la dramática apertura de la reunión ministerial urgente, convocada hoy para esta capital, en la cual se examinará la crisis por la invasión israelí contra este diminuto país el 12 de julio último.
Por lo menos dos edificios fueron destruidos por la aviación israelí horas después que sus tropas de élite fracasaran de nuevo en su intento de establecer cabezas de playa en zonas del mediodía libanés.
Siniora acusó a Israel de terrorismo de estado, mientras analistas consideran que la fiereza del ataque es una venganza por las casi cuatro decenas de muertos causados por el Hizbalá a las tropas israelíes en las confrontaciones del domingo último.
La reunión fue convocada por el gobierno libanés para recabar apoyo a su rechazo a la resolución del Consejo de Seguridad que elude decretar un alto al fuego inmediato, lo que implicaría el cese de la invasión israelí.
En los teatros de operaciones, desde de comandos del Tsahal tratan de ocupar puntos estratégicos en el sur pero sin lograrlo y han tenido que retirarse debido a la efectiva resistencia de los guerrilleros islámicos, según reportes coincidentes.
La censura castrense de Tel Aviv dio cuenta de por lo menos 30 muertos entre las tropas invasoras en diversas circunstancias, lo que provocó la convocatoria urgente por el primer ministro Ehud Olmert de su titular de Defensa, Amir Peretz y altos oficiales del ejército.
Olmert y Peretz están enfrentados por el curso de la invasión, planificada para dos semanas y que ya se extiende 26 días sin que fructifique en la deseada neutralización de los guerrilleros musulmanes.
Medios oficiales israelíes afirman que Peretz desea autorización para ocupar y dislocar tropas en la ribera sur del río Litani, pero Olmert es reticente a involucrar medios terrestres por temor a un mayor número de bajas, lo que incrementaría las presiones internas.
Sectores sociales israelíes han mostrado dudas, por primera vez en casi 60 años sobre la efectividad del ejército, dado el creciente número de bajas fatales en sus filas, la falta de resultados y el pavoroso balance de muertes civiles libanesas.
Las críticas incluyen las filas del ejército, dentro de las cuales varios pilotos anunciaron que desobedecieron sus órdenes porque implicaban ataques a civiles.
El ministro de Salud libanés, Mohamed Jalife, afirmó que los ataques y bombardeos israelíes han ocasionado ya 925 muertos, 75 desaparecidos y más de tres mil heridos y mutilados.
A esa tenebrosa relación acaban de sumarse otras cinco víctimas mortales por el derrumbe de tres edificios en la propia Hula, afectados por dos bombardeos sucesivos de la aviación israelí en la entrada norte de Tiro, en el sur.
La situación se complica por la táctica israelí de destruir las vías de acceso a el Líbano, lo que impide el envío de ayuda humanitaria para los casi 900 mil desplazados que ha generado la invasión.
Israel realizó, además, otro centenar de operaciones bélicas contra diversos áreas del sur del Líbano, el valle de la Bekaa y el sur de la capital libanesa, que segaron la vida de otras 17 personas.
Beirut, 7 agosto 2006
Prensa Latina
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