Karol Wojtyla, investido como Sumo Pontífice el 22 de octubre de 1978, falleció ayer debido a un choque séptico y un colapso cardiovascular circulatorio irreversible, según el certificado médico difundido este domingo por el Vaticano.
Tres meses después de su coronación, el líder de mil 71 millones de católicos en el mundo, la mitad vive en América Latina y el Caribe, inició lo que solía llamar su misión espiritual y realizó 18 viajes en 27 años a esta región que hoy lo llora.
Ante su pérdida, el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, destacó su alto valor humano y esfuerzos a favor de la paz.
«Desde el corazón de los llanos de Venezuela, a nombre de todo el pueblo y del gobierno bolivariano, nos sumamos al sentimiento como católicos y como humanos que somos», dijo Chávez.
En tanto, el mandatario brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, confirmó que asistirá a los funerales del santo padre y decretó siete días de luto por su fallecimiento.
«La muerte del Papa Juan Pablo II entristece profundamente al pueblo brasileño», reconoció Lula.
Para el gobernante argentino, Néstor Kirchner, el obispo de Roma deja un recuerdo imborrable en su país, pues su mediación impidió una guerra con Chile en 1978 por el conflicto del sureño Canal de Beagle.
Luego de firmar un decreto por tres días de duelo, Kirchner manifestó que los argentinos tenemos el mejor de los recuerdos de Juan Pablo II, supimos sentir su acompañamiento, su capacidad de mediación entre Buenos Aires y Santiago.
Mientras su homólogo chileno, Ricardo Lagos, manifestó «su más profundo pesar» por la muerte del guía de la Iglesia Católica y decretó un duelo oficial de tres días en todo el territorio nacional.
En un mensaje público, Lagos calificó al desaparecido líder religioso «como un luchador incansable por la paz, la libertad, la dignidad, los derechos humanos y por los más pobres de la tierra».
Por su parte, el jefe de Estado de Ecuador, Lucio Gutiérrez, expresó su dolor y pesar por la pérdida de Karol Wojtyla, a quien consideró una figura histórica que deja una huella y ejemplo de paz y solidaridad para el mundo.
En ese mismo tono, el presidente boliviano, Carlos Mesa, afirmó sentir profundo pesar por la muerte del Pontífice y anunció que su gobierno decretó duelo nacional de tres días.
«La enseñanza y práctica del Evangelio durante su vida, impactaron a millones de personas en el mundo, mucho más en Bolivia donde su visita en mayo de 1988 hizo posible palpar su amor, sabiduría y desprendimiento», señala una nota de la Cancillería desde La Paz.
Asimismo, la presidencia del Consejo de Ministros de Perú reveló que se estableció hoy día de duelo nacional y mañana no laborable, con motivo del fallecimiento de Juan Pablo II.
De igual forma, el gobernante uruguayo, Tabaré Vázquez, señaló que siente angustia por la muerte del Papa, «un ejemplo de generosidad, bondad y compromiso con la paz y el bienestar de sus pueblos», según un mensaje enviado a Roma por el cardenal José Ratzinger.
En tanto, el mandatario paraguayo, Nicanor Duarte, sostuvo que el fallecimiento del Pontífice supone la pérdida del «referente moral» más importante de los últimos 25 años y del hombre que enseñó a utilizar «la fe como instrumento de fraternidad».
Duarte anunció cinco días de duelo oficial y uno de duelo nacional el día de su sepelio.
Se espera que durante los siguientes días las reacciones por la muerte del Papa se multipliquen en Suramérica, cual toques de campanas de catedrales, iglesias, parroquias y templos católicos.
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