El documento, firmado por el Presidente de los consejos de Estado y de Ministros, Fidel Castro, informa que las tarifas a cobrar por el consumo doméstico de energía eléctrica se mantiene inalterable para el gasto mensual de los primeros 100 kilowatt/hora.
Los gastos energéticos en la isla están altamente subsidiados, pues el Estado cobra sólo nueve centavos por cada kilowatt/hora, y el nuevo decreto proclama la primera medida legal en la vital y decisiva lucha de Cuba por el ahorro de energía, añade.
La disposición indica que para consumos mensuales superiores a 100 kilowatt/hora y hasta 150, el costo se eleva de 20 a 30 centavos por kilowatt/hora el consumo adicional.
Entre más de 150 kilowatt/hora y hasta 200, la tarifa se incrementa de 20 a 40 centavos por kilowatt/hora.
De más de 200 kilowatt/hora y hasta 250, de 20 a 60 centavos por kilowatt/hora.
Para más de 250 kilowatt/hora y hasta 300, de 20 a 80 centavos por kilowatt/hora.
Los consumos superiores a 300 kilowatt/hora, se elevan de 30 centavos a un peso 30 centavos por kilowatt/hora el consumo adicional.
Señala la información el decreto comenzará a aplicarse a partir del consumo que se registre durante el mes de diciembre, y que las nuevas tarifas comenzarán a cobrarse a partir del mes de enero del año próximo.
Por otra parte, el Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros y el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, al unísono con este decreto aplicarán nuevos incrementos salariales y mejorías adicionales para elevar las prestaciones de la seguridad y la asistencia social.
Según el matutino, el reordenamiento energético toma en cuenta la elevación a más de 50 dólares del precio del barril de petróleo, consecuencia de la política absurda de las sociedades de consumo que conduce al incremento insostenible del gasto mundial de hidrocarburos.
Toma en consideración, además, que tras la desintegración del campo socialista y la Unión Soviética a fines de 1991, la isla se adentró en el llamado período especial, al dejar de recibir 14 millones de toneladas de combustible al año.
Por otra parte, el gasto mayor de petróleo en Cuba se destina a la generación de electricidad, y en los últimos años cuando los costos de ésta se multiplicaron varias veces, las tarifas eléctricas se mantuvieron inalterables.
Asimismo, advierte que las reservas probadas y probables de petróleo y gas en el mundo se agotan inexorablemente, mientras crece el ritmo de consumo y la contaminación del medio ambiente, a la par que los cambios de clima amenazan la vida en el planeta.
En tanto no surjan nuevas, sostenibles y eficientes fuentes de energía acompañadas de un empleo racional y óptimo de las mismas, el mayor deber económico y moral de las sociedades actuales y sus gobiernos en este instante es el ahorro de energía, apunta la nota.
Alega que es evidente la despreocupación de la ciudadanía cubana en cuanto al gasto de electricidad dado los ínfimos precios de la misma.
Asimismo, el Estado cubano reflexiona sobre las desigualdades de ingresos entre los que reciben pensiones y salarios relativamente bajos y los beneficiados por grandes ingresos monetarios derivados de especulaciones, desvíos de recursos y otras formas de enriquecimiento ilícito.
El Gobierno cubano considera que las tarifas eléctricas en las actuales circunstancias alentarán el bajo consumo eléctrico de los ciudadanos que ahorran y desalentar el exceso de consumo de los que despilfarran, sea cual fuere su status económico y social.
La Habana, 23 de noviembre 2005
Prensa Latina , 0, 95, 7