La situación más preocupante es que en sólo dos años (2005 – 2006) se recuperarán los altísimos niveles alcanzados hasta antes de 1998, cuando la política de control en el uso del Subsidio por Incapacidad Laboral (SIL) era más bien tímida y no existían políticas proactivas al respecto.
Victoria Beaumont, directora ejecutiva de Altura Management explicó que «la estimación para este año es preocupante ya que estos índices traerán consecuencias negativas, porque presionarán al alza los costos de operación de ambos sistemas, incidiendo tanto en la capacidad para atender las necesidades de los afiliados a Fonasa, como en los precios y beneficios que reciben los cotizantes de las Isapres.
Entre el 2000 y el 2006 el gasto aumentó en un 80 por ciento para el Fonasa y un 19 para los aseguradores privados.
Por otro lado, la Tasa de Incapacidad Laboral (medida como el número de días licencia por trabajador al año) experimentó un aumento sostenido en la década de los 90 alcanzando máximos de 5,6 días de licencia por cotizante de Isapres (1998) y 5,4 días para los afiliados a Fonasa (2000).
Desde el 2000 en adelante, son los cotizantes de Fonasa quienes utilizan en mayor medida el subsidio, aunque con una tendencia a la baja para ambos sistemas, alcanzando su menor nivel el 2004. Lamentablemente esta tendencia se revierte a partir del 2005, proyectándose un fuerte incremento para el presente año en torno al 7% .
Del mismo modo, el porcentaje de la Cotización Obligatoria destinada a Licencias Médicas en las Isapres sigue la misma evolución que la Tasa de Incapacidad Laboral, proyectándose que este año alcance un 20,75%. Este indicador permite evaluar el nivel de utilización de este beneficio, tras lo cual se pueden detectar abusos de licencias médicas.
Del análisis anterior se desprende que la tendencia a la baja en el gasto y uso de licencias médicas evidenciado hasta los años 2003 – 2004, se revierte de manera preocupante. Se estima que en sólo dos años (2005 – 2006) se recuperarán los niveles históricos alcanzados hasta antes de 1998, momento en el cual la política de control en el uso de licencias era más bien tímida.
«Este nuevo escenario obliga a retomar el debate hacia una reforma seria y profunda del control y forma de financiamiento de este beneficio, ya que de mantenerse la tendencia observada, la presión en los costos irá en directo perjuicio de toda la población», explicó la ejecutiva.
Santiago de Chile, 26 de octubre 2006
Crónica Digital
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