Con miras a fortalecer los derechos de las personas con discapacidad, difundimos y concientizamos sobre sus legítimos derechos.
Porque difundir nuestros Derechos es concientizar. Parece de perogrullo, pero lo cierto es que en la práctica a las personas con discapacidad y a sus familias los derechos no se nos respetan, más allá de las disposiciones legales y la Ley 19.284 para la «Plena Integración Social de las Personas con Discapacidad» existente en Chile desde el año 1994.
Dicho marco legal que tuve el honor de presentar junto a otras personas con discapacidad y sus familias, primero en La Moneda el año 1988; luego al Presidente Patricio Aylwin y al MIDEPLAN en 1990, reúne una serie de artículos que buscan velar por que las personas sean efectivamente sujetos de derechos.
No obstante este avance, que marca un hito en la Historia de la Discapacidad en Chile, la práctica nos señala que los discapacitados siguen siendo el sector más discriminado. Resulta paradójico entonces, que en Chile sea política de Estado la «protección integral de las personas con discapacidad».
Aun hay miles de discapacitados que no se pueden mover con libertad ni salir de sus casas por falta de elementos ortopédicos. ¿Negligencia?.
Si bien la ley 19.284 contempla rampas de acceso a los edificios públicos o privados de mucha concurrencia y a los medios de transporte, sólo en el 2002 comenzó cierta fiscalización. Hoy son pocos los que cuentan con estas condiciones. A lo anterior se suman calles, viviendas y un transporte público hostil.
La invisibilidad y la automarginación del sector, se debe en gran medida, a la falta de accesibilidad. La discapacidad es un tema demasiado importante como para trabajarlo esporádicamente o a última hora del día. Requiere dedicación y avances concretos que sean palpados por las familias, la comunidad y toda la sociedad.
Existen una serie de trabas que impiden la integración plena a la sociedad, gozar de los mismos beneficios que el resto, del fruto del trabajo de todos, acceder a las mismas cosas y desarrollarse con dignidad. En el accionar de los Ministerios y organismos públicos, es preciso crear y habilitar oficinas de la discapacidad que puedan dirigir expertos de comprobada experiencia.
En acto de adhesión a las leyes existentes, en cada Provincia se deben establecer los organismos que tienen a su cargo en el ámbito Provincial, las acciones y actividades previstas en los artículos pertinentes. El Municipio que cuenta con una adecuada oficina de la discapacidad y profesionales capacitados, marca una gran diferencia.
Se debe establecer una relación con los Organismos Públicos y Empresas Provinciales, así como a los bienes del dominio público o privado tanto del Gobierno Provincial como de sus Municipios, para llevar a la práctica las normativas contenidas en los articulados de las Leyes de Estado mencionadas.
Noventa millones de personas con discapacidad en América Latina y 600 millones en el mundo, nos hablan de una realidad demasiado grande como para que se omita en la sustentación de nuevas políticas sociales y productivas. Más aun si Pobreza y Discapacidad son dos términos que se acompañan y potencian.
Las personas con discapacidad tienen derecho primero a saber que tienen una discapacidad, especialmente los niños. Muchos familiares no saben que sus niños portan una diferencia o no quieren saberlo, entre otras causas, por la marginación que esto significa. Niños, jóvenes y adultos con discapacidad tienen derecho a una atención médica, un diagnostico y una rehabilitación adecuados.
Los Niños con discapacidad tienen derecho a resguardar su identidad y a no aceptar ser exhibidos en la plaza publica para solicitar «poder caminar» o «ponerse de pie». Porque la rehabilitación de los niños es Deber de Estado, los spot y los afiches publicitarios de la campaña anual que utiliza como base la exhibición de las malformaciones físicas de niños y niñas, resultan del todo inadecuados ya que pasan a llevar los derechos humanos de los niños.
¿Seguirán los niños con discapacidad en Chile recibiendo por caridad lo que les corresponde por derecho?. Lo cierto es que las mujeres, niños y hombres con discapacidad, independiente de su posición económica, raza, sexo o religión, deben ser respetados en dignidad y derechos. Es tiempo de ir superando las históricas barreras que lo impiden.
Y estos derechos, a respetarlos, he?, no vaya a pasar como los diez mandamientos…
Por: Alejandro Hernández es Presidente de la Fundación Nacional de Discapacitados. Mail fundacion@fnd.cl www.fnd.cl
Artículo redactado con el apoyo de Luis Liendro, de la Asociación Umbrales Nuevos en la Orientación del Discapacitado. República Argentina.
Santiago de Chile, 7 de agosto 2006
Crónica Digital , 0, 130, 20
