Según reportan hoy medios británicos como el Daily Telegraph, Rowlings, en una reciente entrevista en Channel 4, reveló que pensaba matar a dos personajes muy importantes de la saga.
Internet se ha dedicado a especular sobre la posibilidad y todo el mundo está conmocionado.
Hace un siglo Arthur Conan Doyle, el autor de Sherlock Holmes, hizo morir por hastío y cansancio a su personaje durante un duelo novelesco con el villano Moriarty en el que ambos se precipitaron a las aguas turbulentas de las cataratas de Reichenbach.
Doyle estaba cansado de Holmes y quería dedicarse a su obsesión: convertirse en el nuevo Walter Scott y asumir su vocación por la novela histórica, pero el público se lo impidió y debió resucitar al detective.
Sherlock Holmes reapareció sano y salvo en Baker Street y le contó al doctor Watson que se salvó gracias a un matojo del cual se colgó antes de llegar al precipicio.
Ahora Rowling, en su séptima y última entrega de Harry Potter, que la ha convertido en la mujer más rica de Gran Bretaña, con una fortuna estimada en más de mil millones de dólares, duda en matar al creador de su bonanza.
«Después de todo, aquí tratamos al verdadero malo, que no va por personajes secundarios, sino que apunta a las figuras principales», dijo a guisa de comentario.
La escritora, inquirida en el citado programa de Channel 4, habló de dos víctimas (podrían ser el propio Harry, Hermione o Ron, sus amigos).
Rowlings, de 40 años, negó que fueran los tres, y dijo que sólo enviará a mejor vida a dos personajes.
Sin ofrecer más detalles, la autora recordó a su hija Jessica, de 12 años, que en el colegio, cuando hace la compra o a cualquier lugar que va, es acosada por fans que quieren saber qué ocurre en el último tomo de la saga del aprendiz de mago.
En su opinión, eso ya es suficientemente malo.
Por ahora, los admiradores de Harry Potter tendrán que vivir en la incertidumbre hasta el próximo año.
Londres, 27 de junio 2006
Prensa Latina , 0, 78, 9