Está en las manos de la ciudadanía ese día optar por el pasado de abandono, de corrupción, de ineficiencia, de politiquería y de clientelismo o luchar porque la patria sea por siempre de todos, resaltó Correa.
Al visitar la víspera el cantón San Vicente, de la provincia de Manabí, llamó a «una minga por la patria nueva», para vencer en las elecciones a la partidocracia y hacerlo «de manera aplastante».
El mandatario advirtió que no se puede olvidar la historia, pues en el país hay quienes se opusieron primero a la Asamblea y fueron después los primeros en registrarse como candidatos.
A modo de ejemplo, mencionó a Alvaro Noboa, líder del Partido Renovador Institucional (Prian), quien dijo «no y no a la Asamblea» y luego fue el primerito en inscribirse como futuro asambleísta.
Los ecuatorianos no podemos borrar de la memoria tampoco al ex presidente Lucio Gutiérrez, quien expulsó hasta a su propia esposa de su Partido Sociedad Patriótica por el delito de apoyar la Constituyente, aseveró.
Correa instó a la población a no dejarse engañar, pues la oligarquía, representada en los partidos de derecha trata de asustarlos con el anuncio de que el socialismo del siglo XXI eliminará la propiedad privada.
Rememoró que «la mayor confiscación de propiedad privada en la historia del país» fue el congelamiento criminal en marzo de 1999 de los ahorros de los ecuatorianos, con la crisis bancaria, orquestada por un gobierno neoliberal.
El jefe de Estado desestimó también los pedidos del tribunal electoral de Pichincha que le solicitó abstenerse de aparecer en la publicidad de los candidatos del gobierno y destacó el derecho a hacer campaña por todo el país.
Finalmente, vaticinó una derrota en las urnas de los que se creyeron dueños del país y dijo que «nadie va a detener este tsunami de honestidad que va a barrer con quienes usufructuaron y se valieron de los dineros del pueblo».
Quito, 12 de septiembre 2007
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