Esas acciones forman parte del llamado decálogo de propuestas de la organización de izquierda, el cual concibe a la asamblea constituyente como instrumento para refundar el país en función de los intereses de las organizaciones sociales.
Para el MAS, la constituyente deberá desterrar el Estado neoliberal, excluyente, discriminador y colonial y diseñar un Estado nacional digno, comunitario y productivo, dirigido a mejorar la vida de los habitantes de este país.
La asamblea deberá recuperar además el efectivo dominio nacional sobre los recursos naturales y asegurar que estén al servicio del bienestar general de la población.
La nacionalización de los hidrocaburos y demás recursos naturales plantea que el gas y el petróleo sean de los bolivianos y no de las transnacionales y que el Estado, y no las citadas empresas, tenga el control total y la dirección de toda la cadena productiva.
Esa riqueza, agrega el decálogo que sintetiza el programa del MAS, deberá ser palanca del desarrollo productivo, con la creación de empleos a partir de la reactivación del aparato productivo, la promoción de la industria manufacturera, la micro y pequeña empresa y la agroindustria.
La descentralización política, las autonomías regionales con solidaridad y reciprocidad y el fortalecimiento de la unidad nacional, basada en la diversidad cultural y regional, constituyen la tercera propuesta de la organización izquierdista.
El MAS se propone anular la política económica neoliberal y revisará la ley de inversiones, para crear la matriz de desarrollo productivo a fin de crear empleo estable y excedente económico a partir de la industrialización de los recursos naturales.
Esa matriz estará integrada por los hidrocarburos, la minería, la agropecuaria, la agroindustria, la industria manufacturera, el turismo y la explotación forestal, a lo cual se añade la industrialización de la hoja de coca con fines lícitos.
Complementariamente, el Plan de Desarrollo Productivo del MAS prevé la creación del Banco de Desarrollo productivo urbano y rural, para artesanos y micro y pequeños productores.
El decálogo incluye una política de lucha contra la corrupción, cuyo principal instrumento será una ley de investigación de fortunas que se aplicará a los ex presidentes y otros ex altos funcionaros que ejercieron el poder en los últimos 20 años.
La legislación, promete el MAS, hará posible la confiscación de bienes mal habidos y establecerá penas de hasta 20 años de cárcel a los corruptos, y para tener más fuerza será sometida a la aprobación mediante un referendo.
En el ámbito de la administración pública, el MAS se propone aprobar una ley de austeridad que reducirá gastos excesivos, eliminará personal excedente y fondos estatales secretos y creará una nueva escala salarial que fije límites razonables a los sueldos de los altos funcionarios.
En el agro, la organización ofrece acabar con el latifundio y la tenencia especulativa de tierras, acelerar la dotación de parcelas a los campesinos y entregar con celeridad títulos de propiedad a pueblos indígenas, lanriegos y pequeños propietarios.
Paralelamente, ofrece dar seguridad jurídica a quienes trabajen la tierra y otorgar financiamiento a los productores agrícolas para que recuperen sus propiedades actualmente en manos de la banca, embargadas por deuda.
Garantizar la soberanía alimentaria y proteger al productor nacional frente a la competencia externa, son otras de las propuestas del MAS.
Un plan de seguridad ciudadana y la decidida lucha contra el narcotráfico, están incluidos en el decálogo del MAS, al igual que la creación de un nuevo sistema de seguridad social y una ley para establecer una educación comunitaria, que respete la plurinacionalidad y el plurilingüismo.
La Paz, 16 de diciembre 2005
Prensa Latina , 0, 73, 11