La deuda con el FMI que cancelamos, similar a la suma que ese organismo prestó para sostener un régimen de convertibilidad condenado al fracaso, ha resultado, lejos, la más condicionante, señaló al concretar el pago de nueve mil 810 millones de dólares.
Recordó que a diferencia de otros países que también pasaron por una situación crítica, Argentina no dispuso de asistencia alguna del Fondo para superar la crisis que enfrenta.
Denunció que el endeudamiento ha sido constante vehículo de intromisiones, porque está sujeto a revisiones periódicas y ha sido fuente de exigencias y más exigencias, contradictorias entre sí y opuestas al crecimiento sustentable.
«Además, desnaturalizado como está en su fines, el FMI ha actuado respecto a nuestro país como promotor y vehículo de políticas que provocaron pobreza y dolor, de la mano de gobiernos que eran proclamados alumnos ejemplares del ajuste permanente», evidenció.
Indicó que toda la población corrobora esa denuncia, pues en las últimas tres décadas ha avanzado continuamente la dependencia de Argentina de programas acordados con esa institución.
Formamos parte, resaltó, de la triste realidad de integrar el grupo de países en los que el FMI aplicó, y monitoreó muchos de sus 150 planes de ajuste y el resultado ha sido exclusión, pobreza indigencia y destrucción del aparato productivo.
«A la sombra de esos programas hemos visto concentración de los ingresos en unos pocos y hemos chocado contra la imposibilidad de combinar crecimiento macroeconómico con desarrollo social y pleno empleo», continuó Kirchner.
Apuntó que ese panorama permite concluir que cada vez que el país se endeudaba no sólo se debilitaba ante el mundo, sino que fue perdiendo la capacidad de resolver.
«Esta lógica, siempre defendida por adalides locales de modelos que no tienen en cuenta ni la necesidad ni la realidad de los pueblos, llegó a consolidar una verdadera adicción al endeudamiento», resaltó.
El presidente Kirchner afirmó que esta experiencia argentina es prueba fehaciente de que el FMI respaldó primero verdaderos fracasos políticos, y luego no aportó ni una moneda de ayuda para la superación de la crisis y la reestructuración de la deuda.
Puso como ejemplo que mientras este gobierno debió abonar seis mil 484 millones de dólares a ese organismo sin recibir préstamo alguno, desembolsó tres mil millones de dolares a dos meses de la caída del presidente Fernando de la Rúa (2001).
Por tal motivo, acotó, el pago anticipado anunciado hoy no podrá ser interpretado como un obstáculo en la relación con el FMI y le dará al país más fuerza y autoridad para seguir reclamando una profunda reestructuración de ese organismo.
Bueno Aires, 16 de diciembre 2005
Prensa Latina , 0, 111, 11