Así, los clientes, según informa AFP, podrán lanzar al espacio cualquier objeto, siempre teniendo en cuenta que el satélite personal tendrá, curiosamente, las dimensiones de un cubo de basura.
Ichiro Koite, el dueño del negocio, ha dicho: Hasta hoy, un satélite era algo inabordable para la gente normal. De ahí se sobre entiende que, para Ichiro, gente normal es aquella que pueda tirarse los 690 000 euros que costará poner en órbita el cubo a más o menos 700 kilómetros de la superficie terrestre.
Entonces, la gente normal la misma que ya arrasó los bosques, llenó el cielo de smog, contaminó los ríos y mares tendrá ahora también a su disposición el espacio sideral, y nosotros, los a-normales, ya no veremos las estrellas pasar, sino toda la basura que esta gente pueda verter sobre nuestras noches.
Madrid, 11 de junio 2006
Rebelión , 0, 60, 10