Correa quien según el Tribunal Supremo Electoral de Ecuador, según el 47,7 por ciento de las mesas escrutadas, obtiene un 68,28 por ciento de los sufragios, en tanto que su oponente, el derechista y millonario Alvaro Noboa solo un 31, 72 por ciento, es el presidente electo de la nación sudamericana.
Letelier se encuentra en Ecuador invitado por el jefe de campaña del candidato de izquierda, Gustavo Larrea, con quien lo une una amistad de más de 10 años y fue uno de los primeros en saludar al nuevo presidente ecuatoriano Rafael Correa.
«Estamos tremendamente contentos y satisfechos con este arrollador triunfo, que demuestra el triunfo del pueblo ecuatoriano, de una persona que los va representar y va a ser eco de las demandas más sentidas de los ecuatorianos, dijo desde Quito el legislador nacional.
Los Chilenos fuimos los primeros en saludar al presidente a las cinco de la tarde en los instantes que se informaba en la televisión de su triunfo», recordó Letelier.
QUIÉN ES RAFAEL CORREA
El ahora Presidente electo de Ecuador, el economista Rafael Correa, con 43 años, fue el abanderado del movimiento de izquierda Alianza País, levantó la perspectiva de una revolución ciudadana, y se presentó como un hombre de izquierda, pero no de una izquierda marxista, sino de una izquierda cristiana.
Nacido en la ciudad de Guayaquil el 6 de abril de 1963, Correa está casado con la belga Anne Malherbe y es padre de tres hijos. Obtuvo su título de Economía en la Universidad Católica de Guayaquil y dos maestrías en economía en Estados Unidos y en la Universidad Católica de Lovaina, en Bélgica. En el 2001 obtuvo un Doctorado en Economía en la Universidad de Illinois, en Estados Unidos.
En Quito, ha trabajado como profesor de la Universidad San Francisco. Habla en forma fluida inglés y francés, y se maneja en quechua, una lengua que aprendió en los 80 cuando trabajó como misionero en comunidades indígenas.
A pesar de la distancia, siempre estuvo vinculado a la lucha de los movimientos sociales de su país. Tiene una sólida reputación entre la población y una presencia mediática muy bien posicionada: es joven, profesional exitoso y vinculado desde la época de la universidad a los sectores más pobres.
Correa hizo trabajo de evangelización en un enorme y empobrecido asentamiento marginal de Guayaquil, el Guasmo, donde se trasladó a vivir más de un mes para cumplir su labor. En forma paralela, fue presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil.
Tras obtener su título de economista en la Universidad Católica, a mediados de la misma década y por invitación de la Misión de los Padres Salesianos viajó a la población indígena de Sumbahua, Provincia de Cotopaxi, a 3.600 metros en los Andes centrales, donde vivió un año. El pueblo tenía servicios básicos limitados en esa época e implementó proyectos de desarrollo integral para las comunidades indígenas de la Parroquia Sumbahua.
El proyecto de Correa encontró acogida en buena parte de los sectores más pobres de la población, en un país que ha visto 10 presidentes en siete años, y en el que sólo tres Jefes de Estado han logrado terminar su mandato desde que Ecuador retornó a la democracia hace más de 25 años. Su partido político, la Alianza País, congrega a movimientos sociales y ciudadanos, incluidos los indígenas.
A lo largo de la campaña supo despegarse de la vieja política. En su discurso de cierre de campaña, manifestó: El nuevo día ha comenzado en que recuperemos la patria, en que juntos reconstruiremos esa patria libre, linda, solidaria, justa y sin más migración, patria altiva y soberana que todos soñamos y todos la merecemos.
Denunció que la educación, la salud, la política social han sido destrozadas por un modelo insensato como es el neoliberalismo que ha todo quiso poner precio y a todo lo quiso convertir en mercancía, incluso a los derechos humanos, ya que por el contrario estos derechos son de todos y para todos.
Dijo que el pueblo tiene la oportunidad de castigar a la oligarquía y a los partidos y señala que la Asamblea Constituyente es el instrumento de un cambio radical, pues no queremos reformitas del sistema, sino un nuevo sistema.
Reafirmo que proponemos un cambio radical del modelo económico basado en promover la producción, la generación de empleo productivo y la equidad en el sector social, señaló.
Asimismo, sostuvo que pertenecía a una izquierda cristiana y humanista que es mi fuente de pensamiento económico, político y social, agregó. A este respecto, precisó que mi pensamiento político se nutre de las Sagradas Escrituras y de la Doctrina Social de la Iglesia.
Nunca ocultó sus simpatías por el Presidente de Venezuela, Hugo Chávez, y su postura crítica a la política estadounidense. De hecho, reiteró que no se alinearía con Washington y que no suscribiría el Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos.
En el escenario internacional, Correa tiene la idea de afianzar las relaciones con Cuba, Venezuela y Bolivia, y reforzará el bloque latinoamericano de gobiernos de izquierda. No renovará el convenio para la permanencia de la base militar norteamericana en Manta y pedirá la intervención de una fuerza internacional en la frontera con Colombia para impedir la incursión de militares o insurgentes.
Santiago de Chile, 27 de noviembre 2006
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