Al ratificar ayer la salida de la CAN por considerarla inoperante luego de la firma por varios de sus miembros de tratados de libre comercio con Estados Unidos, el presidente Hugo Chávez reiteró la proyección integracionista de sus próximos pasos.
Un aspecto que aparece claramente establecido en el concepto de la política exterior venezolana es que la salida de la CAN no corresponde a un intento aislacionista sino, por el contrario, al criterio de que el bloque se apartó del principio de cooperación.
En opinión de Chávez, en lugar de buscar relaciones asimétricas con Estados Unidos, lo que amerita la situación actual es retomar la conciencia de «una nación de repúblicas» asumida por los aborígenes.
En tal sentido, Venezuela propone un proyecto alternativo de integración que va más allá del comercio hacia una relación de complementariedad y solidaridad expresada en su propuesta de Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA).
El ALBA, como es presentado por Chávez, constituye una opción a la propuesta estadounidense de Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA) un proyecto que tras su derrota pasó a la modalidad de tratados de libre comercio bilaterales.
En opinión de las autoridades venezolanas, con esos acuerdos Washington aplica una táctica divisionista en Centro y Sudamérica para enfrentar el auge integracionista de la región, reflejado en los triunfos electorales de políticos que la promueven.
Al ahondar en los motivos de la salida del bloque andino, el mandatario venezolano recordó que durante los siete años que ocupa el sillón presidencial, planteó la necesidad de revisar los principios de la agrupación para adaptarla a los nuevos tiempos.
La estrategia ahora, va dirigida a acelerar el ingreso pleno de Venezuela en MERCOSUR (Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay), aunque con la salvedad de que se debe modificar el mecanismo para ampliar su alcance.
Se trata -ha dicho Chávez- de «un MERCOSUR que tome en cuenta las disparidades regionales, las diferencias entre nuestras economías, las asimetrías».
Esa proyección estructuraría a la agrupación sobre la base de los principios de solidaridad, complementariedad económica y compresión entre los pueblos y sus gobiernos «y más allá de MERCOSUR la unión sudamericana».
La propuesta parte de retomar el concepto del Libertador Simón Bolívar de una unión de repúblicas, un punto de partida que en opinión de las autoridades venezolanas ha marcado la historia, política y geopolítica del sur americano.
La crisis de la CAN fue provocada por la firma de tratados de libre comercio con Estados Unidos por Colombia y Perú y negociaciones de Ecuador, lo que dejaría en condiciones poco favorables a los otros dos miembros: Bolivia y Venezuela.
Esos acuerdos permitirían la entrada de productos estadounidenses -muchos de ellos subvencionados- a Colombia y Perú en detrimento de las mercancías tradicionalmente adquiridas entre otras naciones andinas.
En el caso de Venezuela se trata de exportaciones a Colombia por mil millones de dólares anuales y en el de Bolivia la pérdida de varios cientos de millones de dólares por el desplazo de su soya, que caería ante los precios subvencionados de la norteamericana.
La decisión venezolana de retirarse de la CAN provocó reacciones críticas de la oposición, pero fue recibida con satisfacción por otros sectores, entre ellos los parlamentarios del grupo Venezuela en el Parlamento Andino.
En entrevista con el canal multinacional Telesur, el presidente de ese grupo, Héctor Navarro, explicó que una genuina política de integración para la región es la meta hacia la que se dirige Venezuela tras decidir retirarse de la CAN.
«Ahora -subrayó- será preciso aunar esfuerzos para impulsar nuevas alianzas estratégicas que permitan mayores niveles de integración y donde se impongan los valores sociales y humanos sobre los comerciales».
Según su criterio MERCOSUR pasa a ser el eje del proceso de integración, que considera un «nuevo polo de poder para la construcción de un nuevo mundo multipolar».
Por: Miguel Lozano
Caracas, 23 de abril 2006
Prensa Latina , 0, 135, 4