Organizaciones sociales, indígenas y otros sectores populares participarán por primera vez como tales en la conmemoración del Día del Mar, instituido en el aniversario de la caída del héroe nacional Eduardo Abaroa, en combate contra la invasión chilena de las costas bolivianas en 1879.
El presidente Evo Morales y sus ministros plantean que la masividad y el carácter constructivo de la movilización, que se realizará en La Paz y todas las capitales de departamento (provincia), será fundamental para la causa marítima.
La idea, según el gobierno, es mostrar al mundo la contundencia del reclamo y consolidar y buscar la ampliación de las expresiones de solidaridad con la demanda boliviana, puestas de manifiesto en un acto de homenaje a Morales en una reciente visita a Chile.
La movilización de hoy busca acrecentar la solidaridad internacional con la causa de Bolivia, habida cuenta que el gobierno se propone promover la intervención de instancias multilaterales para estimular una solución del viejo diferendo.
En ese contexto, el ministro de Relaciones Exteriores, David Choquehuanca, dijo que el gobierno pondrá en consideración de las organizaciones sociales su política marítima, para conseguir el necesario respaldo.
Adelantó que, con el concurso de ex cancilleres se baraja una serie de alternativas orientadas al objetivo de tener acceso al Pacífico, a mediano plazo con soberanía compartida, que no explicó, y a largo plazo con soberanía plena.
Esas propuestas deben ser consensuadas, señaló Choquehuanca, primer canciller indígena de la historia de Bolivia, tras una reunión con la Comisión Marítima del Congreso, formada por las comisiones de Relaciones Exteriores de las cámaras legislativas.
El presidente del grupo legislativo bicameral, Guido Guardia, declaró que este manifestó su conformidad con la propuesta gubernamental de uniformar criterios en función del logro de la salida al mar.
También respaldó la política gubernamental de acercamiento diplomático a Chile y anunció que la comisión volverá a intentar establecer un diálogo sobre el reclamo boliviano, con las comisiones de relaciones exteriores del Parlamento de Chile.
El gobierno matizó la aproximación diplomática, que tuvo su mayor expresión en la asistencia de Morales a la toma de posesión de la presidenta chilena, Michelle Bachelet, al enviar una orientación a las embajadas en el exterior, que fija los términos de la misma.
El documento plantea la propuesta de que los dos gobiernos trabajen por restablecer las relaciones diplomáticas rotas en 1978
-desde entonces los vínculos son sólo consulares- pero con el compromiso de Santiago de solucionar el diferendo marítimo como prioridad.
Ello implicaría avanzar a la negociación de un nuevo tratado bilateral, en lugar del firmado en 1909, que consagró la conquista chilena de las costas bolivianas.
Chile ha insistido reiteradamente en la pertinencia de restablecer las relaciones diplomáticas y dejar el tema de fondo para el futuro, sin condiciones ni plazos, posición reiterada por el gobierno de Santiago tras la propuesta de La Paz.
El ex canciller Javier Murillo acotó que «no se puede abrir el futuro sin cerrar el pasado» y señaló que el nuevo gobierno chileno no se ha comprometido a tratar en firme una modificación de fronteras que dé a Bolivia una salida soberana al mar, reeditando la posición rígida tradicional del vecino país.
La Paz, 23 de marzo 2006
Prensa Latina , 0, 92, 11