DISCURSO DEL EMBAJADOR GIRALDO MAZOLA EN EL ACTO DE SOLIDARIDAD POR EL 48 ANIVERSARIO DE LA REVOLUCION CUBANA. SANTIAGO. 2-01-07
Compañeras y compañeros:
Mis primeras palabras son y tienen que ser de eterno agradecimiento al pueblo chileno que ustedes representan por las permanentes pruebas de afecto, cariño y respaldo a la Revolución Cubana.
Solo podemos pagar los cubanos esta prueba de gratitud reforzando nuestra decisión de resistir hasta el final para que nuestro enemigos comunes no logren nunca sus planes diabólicos de tratar de apagar la llama de independencia, equidad y justicia que hemos encendido en nuestra patria y que constituye una esperanza y anhelo de todos ustedes.
Estimados amigos:
Tengo aún frescas en la memoria los recuerdos de aquellos días inmemorables que hoy conmemoramos.
La revolución cubana cumple 48 años y me parece que aquellos momentos intensos de gloria y de combate fueron ayer.
El 1º de enero de 1959 triunfó la lucha iniciada seis años antes cuando un grupo de revolucionarios dirigido por Fidel e inspirados en el ideario de Martí, asaltaron el Cuartel Moncada.
Ese día, ese primero de enero, Fidel anunció por radio a todo el país que en esa ocasión los mambises sí entrarían en la ciudad de Santiago de Cuba.
Los que no conocen la historia secular de Cuba por su independencia no pudieron captar entonces la profundidad de su mensaje.
Era muy claro para nosotros.
No se repetiría la humillación del ejército mambí al que las tropas de ocupación norteamericanas impidieron en 1898 su entrada a esa misma ciudad después de vencer su guarnición española y comenzando así el proceso de tutelaje que nos convirtió de colonia española en neocolonia norteamericana.
Otros vientos libertarios soplaban.
Esta vez, la victoria por la que murieron veinte mil cubanos no sería escamoteada.
Los guerrilleros del Ejército Rebelde entraron en La Habana y junto a las fuerzas revolucionarias que operaban en la clandestinidad, tomamos el control de todo el país.
Batista huyó poco antes con algunos íntimos colaboradores y asesinos.
El intento fraguado en la embajada norteamericana de establecer un gobierno que nos desconocía, se disolvió sin penas ni gloria en pocas horas.
Desintegramos el ejército y la policía en que se sustentaba su poder criminal, instrumentos represivos del pueblo y una nueva fuerza popular lo reemplazaría para siempre.
Quedaba atrás la noche negra de la tiranía pero Fidel nos advertía temprano, a los que pensábamos que con la participación en la lucha armada para derrotar la dictadura, habíamos cumplido nuestro deber con la patria, que precisamente en ese momento, comenzaba la parte más difícil de la lucha.
Y fue así, lo que en esos nuevos combates, igualmente heroicos, se incorporaba masivamente todo el pueblo.
También inspirados en la prédica martiana y en nuestra experiencia, comprendimos desde entonces, que para esos nuevos retos, era imprescindible la unidad de las fuerzas revolucionarias.
Eso hicimos, fundiendo en lo que hoy es el Partido Comunista de Cuba, los patriotas que dentro de tres organizaciones diferentes combatieron por conquistar el porvenir.
No en balde Raúl afirmó con absoluta convicción que todos compartimos porque todos la forjamos, que el sustituto de Fidel será ese querido Partido Comunista de Cuba.
La obra que hoy podemos exhibir se construyó con los sólidos cimientos de esa unidad en torno a la cual el pueblo se abrazó.
La revolución cubana, sin dudas auténtica, genuina, creadora y antidogmática ha sido un proceso exitoso.
Pese a todo los obstáculos que nos han interpuesto y pese a nuestra inexperiencia y errores, hemos podido establecer y consolidar en apenas cinco décadas un Estado y una sociedad socialistas en el corazón de este hemisferio y a pocas millas del imperio más poderoso de la tierra.
Hemos sobrevivido a la criminal y visceral obsesión de Estados Unidos y de los anticubanos refugiados y amamantados en territorio norteamericano.
La lista de sabotajes, atentados terroristas, crímenes de las bandas contrarrevolucionarias, ataques organizados desde Miami, de los miles de compatriotas asesinados sería interminable así como los intentos de asesinar a Fidel.
La invasión por Playa Girón derrotada en 69 horas, en plan de la CIA similar al que ejecutaron contra Arbenz en 1954, en vez de mostrarles que estaban intentando doblegar inútilmente a un pueblo que había conquistado su verdadera independencia y estaba dispuesto a morir por defenderla, los llevó a la guerra no declarada que han mantenido diez administraciones norteamericanas con todo odio y saña.
El bloqueo económico, financiero y comercial firmado por Kennedy dura más de cuarenta años bajo distintos pretextos, pero con el confeso propósito ya público de introducir penurias, hambre y descontento para derrocar a la Revolución.
Más del 70 por ciento de la población cubana, – y eso se dice muy rápido pero se sufre diariamente- ha vivido desde que nacieron sometidos a dificultades desconocidas por ningún otro pueblo.
Resistimos por nuestra voluntad de no doblegarnos, porque estábamos unidos junto a una dirección también unida en propósitos, lealtad a una idea, con una ética de sacrificio, desinterés y abnegación.
Cualidades que decía Felipe con orgullo en el reciente coloquio por su 80 aniversario que eran innatas a Fidel y que con su ejemplo logró que sean hoy atributos de todo el pueblo.
Grandes han sido las proezas históricas de la Revolución: una reforma agraria justa e incruenta como ninguna ley agraria anterior, ajustada a nuestra realidad histórico-concreta, una reforma urbana única que hace hoy propietarios de sus modestas viviendas a más del 90 por ciento de los cubanos, la recuperación de nuestras riquezas nacionales expoliadas por empresas extranjeras, mayoritariamente norteamericanas, la histórica, audaz y masiva campaña de alfabetización, la prioridad para la educación, la salud, la cultura y el deporte, para todos y gratuitas, conquistas que hasta los enemigos viscerales de nuestro proceso tiene que reconocer.
Hemos tenido que vencer obstáculos que habrían derribado a cualquier gobierno que no estuviera arraigado en el pueblo y los logros alcanzados hubieran sido indudablemente mayores si la revolución no hubiera sufrido desde hace más de cuarenta años el férreo bloqueo económico establecido unilateralmente por Estados Unidos.
El derrumbe del socialismo llamado real, que no era tan real, en la Unión Soviética y en los países de Europa del Este, provocó una crisis de desaliento en las fuerzas progresistas en el mundo y un grave daño a nuestra economía.
Si hacía falta una prueba de fuego para comprobar que construíamos una revolución genuina, esas circunstancias revelaron que el socialismo cubano tenía y tiene una profunda raíz nacional y martiana y condiciones específicas de su nacimiento y desarrollo, enriquecidas desde su origen con la práctica de la solidaridad internacional , notable expresión de conciencia y generosidad, de estar dispuestos no a entregar lo que nos sobra sino a compartir lo poco que tenemos en nuestro pequeño país con mas carencias y debilidades que abundancias.
Lograr resistir y avanzar bajo el recrudecimiento del bloqueo y sin la existencia de los países que constituían entonces nuestros socios comerciales más importantes, donde obteníamos créditos y tecnología, fue una de las más grandes proezas del pueblo cubano.
El llamado período especial constituyó esa forja de fuego donde se puso a prueba la voluntad de lucha de todo el pueblo, su unidad en torno a una dirección que compartía a pie de igualdad las dificultades y que nunca abandonó a su suerte a ningún compatriota.
Logramos identificar las líneas idóneas del desarrollo económico y día a día avanzar poco a poco hasta que se comenzó a ver la luz al fondo del túnel.
Ya casi nos parece también aquellos momentos de dura penuria algo que sucedió hace tiempo.
Con el esfuerzo colectivo concluimos el 2006 con la cifra histórica de crecimiento del PIB de 12,5 por ciento, que constituye la más alta de la región y que fue alcanzada fuera de los mecanismos económicos neoliberales.
De ahí la dificultad por admitirlas en los organismos internacionales erigidos para sublimarlos y no porque su magnitud cambie el escenario continental sino porque representan logros que pueden alcanzarse sin la economía de mercado, sobre bases de genuina colaboración solidaria.
La política de aislamiento de Cuba fomentada por EEUU ha fracasado rotundamente. Voy a calzarlo con datos.
De 192 países integrantes de la ONU tenemos relaciones diplomáticas con 181. En los últimos 15 años las establecimos con 54.
Hay 142 misiones diplomáticas o consulares cubanas en 116 países. En los últimos 15 años se abrieron en 43 países.
Hay 119 misiones extranjeras en La Habana. En los últimos 15 años las han abierto 25 países.
La condena al bloqueo fue suscrita por la cifra record de 183 países en la reciente AGNU. En todos los eventos internacionales importantes de este año que acaba de concluir, es decir en las Cumbres IBLA, UE-ACP, MNOAL y MERCOSUR, se produjeron condenas directas y precisas al bloqueo.
El intento yanqui de acusar a Cuba de supuestas violaciones de derechos humanos también fracasó. No pudo impedir, pese a su empeño, que Cuba fuera electa para el nuevo Consejo de Derechos Humanos con 135 votos. No pudo presentar en ese órgano ningún proyecto contra Cuba ni tampoco en la Tercera Comisión de la AGNU.
El intento usando a Australia de presentar una modificación a la resolución sobre el bloqueo introduciendo este tema, fracasó rotundamente y fue rechazado.
Se esforzaron por tratar de que la Cumbre MNOAL en Cuba tuviera pobre asistencia y con su arrogancia nos ayudaron a que fuera la reunión más destacada de todas las Cumbres. De 118 países asistieron 116 y 55 encabezadas por Jefes de Estado.
La escalada de la política agresiva de EEUU ha prevalecido en estos últimos años. El pasado 10 de julio fue actualizado el llamado Plan Bush con nuevas medidas que recrudecen el bloqueo y fomentan la subversión contra nuestro país y apareció su misterioso «anexo secreto.»
Anexo secreto que después de todo lo hecho y planeado contra nosotros no puede ser otra cosa que la agresión militar directa de ahí que no escuchen los llamados a decir públicamente de qué se trata.
Mientras, su embajada en La Habana, la SINA, se ha convertido en el desvergonzado estado mayor de la contrarrevolución intensificando sus groseras provocaciones y limitando los contactos para la que fueron creadas al más bajo nivel.
En cambio la situación en nuestro continente cambia y los vínculos de Cuba con una nueva América Latina crecen.
El ALBA se consolida con la inclusión de Bolivia. El proceso venezolano avanza y las relaciones entre nosotros se vuelven estratégicas. Se mejoran las relaciones con Centro América después de la victoria de Daniel en Nicaragua. Acabamos de elevar con Honduras las relaciones a nivel de embajadores.
Con MERCOSUR las relaciones son favorables con los acuerdos cuatro más uno y la asistencia de Fidel a ese evento.
La colaboración con el Tercer Mundo crece. Como dijo Lage en Montevideo mientras EEUU envía soldados y muerte, Cuba envía médicos y educadores.
Hay treinta mil colaboradores de la salud en 69 países. Poco después de la victoria que hoy celebramos teníamos seis mil médicos concentrados en las ciudades y la mitad de ellos se fueron a EEUU.
Acogemos a 27, 500 becados de 120 países y de ellos 21,500 son de medicina de 84 países.
La Operación Milagro ha devuelto hasta el 31 de diciembre la vista a 415,500 personas de 29 países y hay centros quirúrgicos en siete países.
El programa de alfabetización YO SÍ PUEDO, endosado por la UNESCO, se ejecuta en 22 países y ha alfabetizado a dos millones de personas.
La justa batalla por liberar a los Cinco Héroes Prisioneros del Imperio avanza pero sin poder lograr aún romper la barrera de silencio mediático impuesta por el imperio. 40 nuevos comités se han creado y 19 se han reactivado y su caso se ha inscrito en el Parlamento Europeo y en el flamante Consejo de Derechos Humanos.
Sobre esto, aquí, entre los amigos chilenos, debo con toda modestia sugerirles que la lucha por la liberación de estos representantes de la dignidad de los pueblos de nuestro continente tiene que ser abrazada por los jóvenes estudiantes secundarios y universitarios para que se expanda a sus homólogos norteamericanos y comience a abrirse al conocimiento de ese pueblo esta situación que les ocultan.
Aún no hemos podido revertir la matriz mediática contra Cuba que el imperio diseña. Esta sigue siendo una batalla a librar contra su control y dominio de los medios masivos y una guerra a librar en los medios alternativos.
Iniciamos pues este año llenos de confianza en el futuro.
Con la certitud de que la invulnerabilidad económica es una realidad y que continuarán creciendo nuestra riquezas con la ventaja de que su distribución es la más justa para todos.
Convencidos de nuestra fortaleza militar para resistir y vencer cualquier zarpazo imperial. Ellos lo saben.
Compañeras y compañeros:
Les aseguro que Cuba no les fallará como no les ha fallado nunca.
Nos mantendremos firmes y continuaremos contribuyendo al desarrollo de una nueva América Latina.
Les reitero de nuevo nuestra gratitud por vuestra solidaridad permanente.
!Vivan Fidel y Raúl!
!Viva Chile!
Viva Cuba Libre!
Santiago de Chile, 3 de diciembre 2007
Crónica Digital, 0, 27, 3
