Chile jamás se ha dejado presionar, dijo la mandataria en una extensa entrevista con radio Cooperativa, cinco días antes de iniciar una visita de cuatro días a Estados Unidos, Jamaica, Haití y República Dominicana.
«Si hay peticiones que son válidas, legítimas, que yo me convenzo de tales, por supuesto las acepto, pero presiones indebidas no», insistió en referencia a la negativa de Washington a la aspiración venezolana de integrar el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en representación de América Latina.
Bachelet, quien el 8 de junio próximo será recibida por el presidente George W. Bush y otras altas autoridades de su gobierno, dijo que su país ha tenido siempre «una definición independiente y autónoma en política exterior».
Insistió en que «Chile es parte de una América Latina, en la cual tenemos causas comunes y conflictos comunes».
En octubre próximo se deben renovar algunos miembros no permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU y Guatemala (con respaldo de Estados Unidos) y Venezuela aspiran a integrarse como representantes del grupo latinoamericano.
Medios locales han destacado insistentemente en las últimas semanas que el gobierno estadounidense ha estado presionando a Chile para que no vote por Venezuela.
«Esta Presidenta puede tener una serie de características, pero hay una que no tiene. Yo no soy pusilánime y nunca me he dejado presionar en situaciones indebidas, ni las aceptaré nunca», aseveró.
Estados Unidos considera a Chile como uno de sus principales aliados en la región y en numerosas oportunidades ha tratado de arrastrar al gobierno a una alianza internacional contra el presidente venezolano Hugo Chávez.
Según medios locales, el mandatario estadounidense prepara una calurosa recepción para Bachelet y la invitará a alojarse en «The Blair House», una lujosa residencia situada frente a la Casa Blanca, reservada para huéspedes ilustres del gobierno de ese país.
Se estima que la agenda del encuentro será abierta e incluirá no sólo el interés de Washington en bloquear el ingreso de Venezuela al Consejo de Seguridad, sino también su preocupación por la adhesión de Santiago al Tribunal Penal Internacional (TPI).
El embajador norteamericano en Chile, Craig Kelly, abordó con precaución el veto que se afiorma formuló Washington a un eventual apoyo de Chile a Venezuela, y se limitó a señalar que no entrará en detalles.
Medios locales destacaron hace una semana que en la reciente visita a ese país del canciller Alejandro Foxley, la secretaria de Estado norteamericano Condoleezza Rice y el subsecretario Robert Zoellick le advirtieron contra la eventualidad de apoyar a Caracas.
Aunque Foxley negó haber recibido alguna presión, fuentes diplomáticas filtraron que la jefa de la diplomacia estadounidense amenazó a Santiago con pagar «altísimos costos» si llega a respaldar a Venezuela en la ONU.
Pese a que Kelly aseguró que «no hay presión de Estados Unidos para que Chile no ratifique el TPI», el diplomático precisó que hay «muchos intereses en común que tienen vínculos con esta decisión», en alusión a la cooperación estratégica en el ámbito militar y de seguridad.
En la agenda del encuentro -se afirma- será abordado además el fortalecimiento de la democracia, el tratado de libre comercio, la labor de la OEA y el período de transición que vive Haití con la llegada al poder de René Preval.
Santiago de Chile, 3 de junio 3006
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